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Rihanna y A$AP Rocky, días antes del trascendental “anuncio”. Foto: Gotham / GC Images (Getty Images)
Rihanna y A$AP Rocky, días antes del trascendental “anuncio”. Foto: Gotham / GC Images (Getty Images)

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Contra Spotify, lo de Benidorm Fest, mamá Rihanna y la nueva vida de los crucigramas

04. 02. 2022

Joe Rogan vs Neil Young

En 2020, Joe Rogan firmó un contrato de exclusividad con Spotify por 100 millones de dólares para grabar el pódcast “The Joe Rogan Experience”. Para entonces ya se sabía que Rogan, autoproclamado libertario, era una figura controvertida. Y más en pandemia: el presentador se ha mostrado siempre abierto sobre su antipatía hacia las mascarillas y su escepticismo hacia las vacunas. Esta espiral conspiranoica ha seguido su curso y Rogan ha invitado regularmente al programa al doctor Robert W. Malone (uno de los impulsores del uso de medicina para gusanos en caballos como remedio anti-COVID), o al presentador de ‘Infowars’ Alex Jones. “The Joe Rogan Experience” se ha convertido también en el pódcast más escuchado de Spotify en 2021.

La semana pasada Neil Young –uniéndose a la carta abierta que más de 270 doctores escribieron sobre la amenaza que es el programa de Rogan para la salud pública– dio a Spotify a elegir: o él o yo. En los siguientes días Joni Mitchell se unió a la amenaza de quitar su música de la plataforma. Otros, es el caso del grupo Belly, se han puesto DELETE SPOTIFY como foto de perfil.

Por desgracia no hay color entre los beneficios que ambos creadores generan a la plataforma, y Spotify se ha quedado con Joe Rogan. Ahora, quitando algunas grabaciones en directo, la música de Neil Young y Joni Mitchell ha sido eliminada de Spotify.

No es que la controversia haya sido en vano. Spotify perdió 400 millones de dólares de su valor en bolsa, forzando a la compañía a añadir un aviso al inicio de los pódcasts que hablan del COVID-19 con tal de calmar al público (de forma parecida a la que Instagram identifica y marca las stories que mencionan contenido relacionado con las vacunas).

El cuadro completo va más allá y Spotify no es el único que está siendo forzado a tomar medidas. Otra noticia indicaba estos días que las newsletters antivacunas generan entre 2,5 y 12,5 millones de dólares a Substack. La responsabilidad de la plataforma que da espacio a medios independientes se posiciona como uno de los debates que serán recurrentes en este 2022.

James Blunt contra el Imperio. <a href="https://twitter.com/JamesBlunt/status/1487364023003844610" target="_blank"> Ver tuit </a>
James Blunt contra el Imperio. Ver tuit

Eurovisión

La primera edición de Benidorm Fest, aka la antesala de La Noche de los Memes, aka Eurovisión, ha dejado un gusto agridulce en las redes sociales. Chanel, una de las favoritas en la primera ronda, ganaba quedando por encima de Tanxugueiras (primeras en televoto) gracias al voto del jurado. Por ahora, las quejas sobre favoritismos del jurado han evolucionado hacia una línea de conspiraciones sobre los derechos de autor que RTVE tiene sobre “SloMo”, la canción de Chanel.

Estamos dentro de cualquier teoría conspiranoica no dañina para la salud pública. Lo triste en este caso, quizá y sin embargo, es la reacción que han tenido algunos eurofans en las redes sociales de Chanel. Industry plant o no, los comentarios que ahora inundan los posts de la cantante son un paso atrás respecto a los múltiples posts y manifiestos que se hicieron en diciembre, a través de stories y tuits sobre salud mental y bullying en las redes sociales tras la muerte de Veronica Forqué.

Asunto Tanxugueiras-Eurovisión: memes para todos los gustos.
Asunto Tanxugueiras-Eurovisión: memes para todos los gustos.

Rihanna está embarazada (y no de R9)

El lunes, el anuncio del embarazo de Rihanna rompía internet de la misma forma que habría empapelado el muestrario de cualquier quiosco hace diez años. Rihanna y A$AP Rocky usaban el Instagram del fotógrafo Miles Diggs para compartir con el mundo la noticia de que en pocos meses serán padres.

La celebrity culture se ha infiltrado poco a poco en las redes sociales, su aliado más cercano, y los contratos millonarios con revistas por la mejor exclusiva se han transformado en acuerdos bajo la mesa. Tras las fotos en las que Rihanna enseña su barriga bajo un abrigo vintage de Chanel, la búsqueda en Google del término “pink padded coats” se incrementaba en un 200 por ciento a cada hora que pasaba, mientras que las de “ripped blue jeans” lo hacían en un 175 por ciento. A principios de mes, Kanye West también hacía un megaanuncio de su segunda cita con Julia Fox en Instagram, pocos días antes de anunciar la colaboración entre YEEZY, Gap y Balenciaga.

Volviendo al embarazo y a los inevitables memes que nacen de la noticia: sus protagonistas son la sopa de genes perfectos que se cuece en esa barriga y el mental breakdown por el que estará pasando Drake. Rihanna se ha hecho con mil narrativas en el imaginario de la cultura popular digital, como el hecho de que lleva seis años evitando el tema de sacar nueva música y dedicándose a sus múltiples proyectos con Fenty Beauty.

Memes idiotas, como de costumbre. <a href="https://twitter.com/beyonsesa/status/1488185740823572481" target="_blank"> Ver tuit </a>
Memes idiotas, como de costumbre. Ver tuit

Wordle es comprado por el NYT

Entramos en febrero y Wordle, contra todo pronóstico (con una duración media de las fiebres en redes sociales de 5-7 días), sigue vivo. Pero se vienen cambios. Dando un paso más allá en su intención de integrar los puzles y juegos de palabras que antes quedaban relegadas a la última página del diario en físico, el ‘The New York Times’ ha comprado Wordle por un valor indeterminado de siete cifras. Ahora es cuestión de tiempo hasta que el juego se esconda detrás de un paywall y pierda un poco la magia que lo ha convertido en el juego wholesome que necesitábamos tras la invasión de otros como Candy Crush, que trafican abiertamente con tu serotonina.

La reflexión más interesante que puede resultar de todo este experimento, de este juego a contracorriente, es la de que Wordle es parte del sueño de aquellos que luchan por una web 3.0 utópica y descentralizada. Hosteado en una web pública sin anuncios, Wordle es un juego que no se puede encontrar a través de ninguna app store intermediaria. Ninguna de las copias que uno encuentra tecleando “wordle” en la App Store o en Google Play han tenido un mínimo de relevancia cultural. Este sencillo puzle de palabras es el reverso luminoso de los dibujos de monos sobrevaluados. ∎

El asombroso caso Wordle. <a href="https://twitter.com/llcoolscharf/status/1484239830464696324?s=21" target="_blank"> Ver tuit </a>
El asombroso caso Wordle. Ver tuit
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