El soul marcó la evolución social y musical de los sesenta y mitad de los setenta, pese a que sus profetas mayores (Sam Cooke, Otis Redding) murieron a destiempo y a que fue desarbolado por el funk y la música disco tras el asesinato de Martin Luther King y la guerra de Vietnam. De los otros cinco grandes (Marvin Gaye, Curtis Mayfield, James Brown,
Aretha Franklin, Stevie Wonder) ya solo queda en pie Stevie. Con Aretha desaparece, además, un símbolo de la lucha por los derechos civiles y del feminismo negro, quizá el último eslabón de una cadena de locos que quiso cambiar el mundo a golpe de canciones.