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Josele Santiago, pletórico. Foto: Alfredo Arias
Josele Santiago, pletórico. Foto: Alfredo Arias

Concierto

Los Enemigos: ¿en su mejor momento?

El 26 de noviembre en La Riviera, el grupo madrileño pudo celebrar, más de un año después de su primer intento, la presentación en la capital de “Bestieza”, su disco más reciente.

29. 11. 2021

En la calle hace un frío del carajo mientras camino con paso rápido hacia La Riviera. Llego tarde a la cita con Los Enemigos y no quisiera perderme nada, que vamos ya con más de un año de retraso. Es 26 de noviembre de 2021 y Josele Santiago, Fino Oyonarte, Chema Pérez, David Krahe y todo el público que vamos a abarrotar la sala esta noche deberíamos haber vivido esto el 20 de marzo de 2020.

Nos hemos comido una buena mierda”, escupirá Josele al micrófono con su inconfundible deje castizo en la recta final del concierto. Es su personal resumen de la pandemia. La COVID-19 paró el mundo una semana después de que “Bestieza” (2020), el disco que vienen a presentar, viera la luz. “Bestieza”, además, no es un disco cualquiera para Los Enemigos, y no solo porque sea uno de sus mejores, sino porque supuso la salida del grupo del guitarrista Manolo Benítez y la entrada de David Krahe, conocido por formar parte de Los Coronas y Corizonas, así como por ser compañero de escenario de Josele Santiago en sus conciertos en solitario. La entrada del músico madrileño resultó un soplo de aire fresco para la banda, un cambio de aires que se hacía evidente desde las primeras escuchas del disco, y hoy hay expectación por ver cómo será su incorporación al directo.

Mientras cruzo la puerta de entrada a la sala, caigo en que La Riviera no es un lugar cualquiera para Los Enemigos. En 2002 celebraron aquí su despedida como grupo con tres conciertos antológicos que su parroquia recordaría durante años con nostalgia y hoy, después de su vuelta a la vida a partir de 2012, rememoran con alegría y alivio. Esta fiel legión de seguidores abarrotan esta noche, una vez más, la sala madrileña. Esta vez todos vamos ataviados con la mascarilla de rigor, obligados por las cincunstancias, pero el sentimiento general es de felicidad por poder juntarnos otra vez, por sentir que la normalidad se va abriendo paso poco a poco, por poder escuchar por fin una vez más en directo un repertorio que vamos a corear de principio a fin.

Fino Oyonarte, Josele y David Krahe: bestias uniformadas. Foto: Alfredo Arias
Fino Oyonarte, Josele y David Krahe: bestias uniformadas. Foto: Alfredo Arias

Los Enemigos saben que aquí fuera hay dos mil personas esperándoles con una sonrisa de oreja a oreja, y esta sensación de euforia les alcanza desde el momento en que pisan el escenario. Arrancan sin concesiones, entregados a la electricidad de su rock and roll borracho de blues que no esconde dobleces. Cuatro tíos haciendo lo que mejor saben hacer. Sin artificios ni poses. Naturales.

La primera canción que suena es “Mar de sendas”, perteneciente a “Bestieza”, a la que sigue uno de los clásicos más clásicos del grupo: “Septiembre”. A mi lado, con los primeros acordes de esta, una pareja se abraza como si les hubiera tocado la lotería. Un poco más allá alguien derrama una cerveza mientras salta al compás. Dos amigos se gritan a la cara los primeros versos de la canción. “¿Por qué estoy frío si hoy hace calor?”. Flota en el ambiente una energía especial de comunión, de victoria, que nos embarga a todos. Ellos allí arriba, sobre el escenario, siguen a lo suyo como debe ser. Enlazan “Señora”, su vigorizante versión de la canción de Joan Manuel Serrat, con “… Vendaval” y “Me sobra carnaval”. Toca parada para que el grupo nos agradezca a todos estar siendo parte de aquello. Y la fiesta sigue. “¡Esto va que vuela!”, grita Josele justo antes de comenzar “Yo, el rey”. Las voces del público se hacen una para cantar a pleno pulmón “NOOOO…” en las respuestas a cada pregunta que lanza la canción (si no sabes de qué hablo, enchufa Spotify y pincha la canción, ¡por Dios!).

Les sigue sobrando carnaval. Foto: Alfredo Arias
Les sigue sobrando carnaval. Foto: Alfredo Arias

El grupo está uniformado. Traje de corbata y camisa rosa. Otra novedad. Nunca se habían preocupado demasiado de su imagen y esto les sienta bien. Casi tan bien como la guitarra fina y elegante de David Krahe, que en directo convence aportando nuevos matices a cada canción. Con maestría, sin desentonar, elevando el listón hacia la excelencia. Aunque todos recordemos a Manolo, Krahe ya es de la casa por derecho.

El set se cierra antes del bis con “La cuenta atrás”, pero como nadie del público se mueve ante la intentona del grupo por marcharse, tampoco nadie se marcha del escenario. La emoción es mutua, la felicidad es contagiosa. Lo hemos logrado y lo estamos celebrando. El final definitivo llega con “Paracaídas”, sentida oda a los amigos “que nadie presentó” y que cierra el círculo de una noche perfecta para ser fan de Los Enemigos.

A la salida, un par de amigos que me adelantan al bajar las escaleras se preguntan: “¿Están en su mejor momento?”. Yo, para mí mismo, respondo: “Sí”. ∎

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