La segunda vida de The Dream Syndicate. Foto: Chris Sikich
La segunda vida de The Dream Syndicate. Foto: Chris Sikich

Entrevista

The Dream Syndicate: los días de vino y rosas eran ahora

The Dream Syndicate celebra al mismo tiempo el 40º aniversario de su legendario debut –“The Days Of Wine And Roses”– y la publicación de “Ultraviolet Battle Hymns And True Confessions”, que los descubre en una etapa de asombrosa gloria creativa que ya dura un lustro. El pasado y el presente de la banda serán celebrados en una gira española que empieza este viernes 7 de octubre en Murcia y también pasará por Valencia (8), Cádiz (10), Madrid (11) y Bilbao (12).

La banda liderada por Steve Wynn (Los Ángeles, 1960) no fue la primera en nacer con el nombre de The Dream Syndicate. De hecho, se bautizó de aquella manera en homenaje al colectivo también denominado The Theatre Of Eternal Music, seminal proyecto de improvisación en torno al minimalismo, la vanguardia y el drone que lideraba La Monte Young y que tuvo a John Cale como integrante en los años 60 y 70. Como se ha referenciado de forma recurrente, el primer Sindicato del Sueño fue influencia decisiva sobre The Velvet Underground, el grupo que, junto a Television y Neil Young, más inspiró al joven Wynn.

Para quienes descubriesen a los segundos The Dream Syndicate recién iniciados los 80, la referencia podría resultar chocante, pues se consideraba a la banda californiana como representante de un rock más clásico, adscrito a las vibraciones de la escena conocida como Paisley Underground. Entre 1981 y 1989 publicaron cuatro álbumes con una formación poco estable cuyos únicos miembros permanentes fueron Wynn y el batería Dennis Duck. El primero de ellos, “The Days Of Wine And Roses” (Ruby-Slash, 1982), fue uno de aquellos debuts que bien podrían valer por toda la trayectoria de un grupo, piedra fundacional de una discografía que parecía que nunca podría superar aquel hito.

Así se asumió con las publicaciones de “Medicine Show” (A&M, 1984), “Out Of The Grey” (Big Time, 1986) y “Ghost Stories” (Enigma, 1988). Tras el directo de despedida “Live At Raji’s” (Enigma, 1989), Wynn inició una proficiente carrera en solitario que, en mi opinión, nunca llegó a gozar del reconocimiento merecido. Publicó una docena de álbumes, a los que sumar su participación en proyectos efímeros como Gutterball, Smack Dab, The Baseball Diaries e incluso un disco compartido con Australian Blonde (“Momento”, publicado en el año 2000, y en cuya promoción muchos nos sorprendimos con lo bien que este hombre hablaba el castellano).

Dentro de unas pocas líneas, Wynn nos contará cómo se gestó precisamente en España el inesperado regreso de The Dream Syndicate en 2012, cuando su historia parecía sobradamente concluida más de veinte años atrás. El caso es que reflotaron como banda de directo con una formación que recuperaba al antes citado Dennis Duck y a Mark Walton (bajista desde 1986), y que añadía a Jason Victor –guitarrista habitual de Wynn en su banda The Miracle 3– en sustitución del carismático Paul B. Cutler.

“La gente a la que gusta The Dream Syndicate en este momento reconoce que hemos hecho algo especial en los últimos cinco años, algo que las bandas que se reúnen raramente hacen. Hemos creado todo un nuevo cuerpo de trabajo que se sostiene bien o, en mi opinión, incluso supera lo que hicimos la primera vez”

Steve Wynn

Que volviesen a grabar fue una sorpresa, pero más increíble fue el riesgo y nivel de, primero, “How Did I Find Myself Here?” (Anti, 2017), después, “These Times” (Anti, 2019) y, en especial, “The Universe Inside” (Anti, 2020): un trabajo de improvisación con vistas al free jazz, la psicodelia e incluso el prog rock que validó su robo de nombre al colectivo de La Monte Young. Parecía que ahora todo tenía sentido. Un sentido que se ha visto refrendado este mismo 2022 por “Ultraviolet Battle Hymns And True Confessions”, su primer álbum grabado para Fire Records, sello que a su vez está reeditando sus discos de los 80. Pasado y presente colapsan con pasmosa naturalidad en esta política de publicaciones, pero también en la gira que en los próximos días les trae de nuevo a España. “Me gustan los números redondos y el cuarenta aniversario parecía un buen momento para revisitar ‘The Days Of Wine And Roses’ al completo”, explica Wynn. “Teníamos este tour planeado como hace tres años. Nos imaginábamos que, en esa época, íbamos a haber emprendido un montón de giras con material nuevo, pero por supuesto eso no sucedió en 2020 y 2021. De ahí la idea de juntar dos repertorios alrededor de este tiempo, uno con nuestro material más reciente y otro con ‘The Days Of Wine And Roses’. Estamos orgullosos de nuestro pasado y de nuestro presente”.

Este tipo de giras parecen cada vez más comunes. Recientemente se lo vi a hacer también a Dean Wareham con “On Fire”, de Galaxie 500, y un puñado de temas nuevos. Supongo que tiene sentido comercial porque el público preferirá escuchar los temas clásicos, pero ¿vosotros también disfrutáis de ello?

Voy a ser completamente sincero y decir que los seguidores que vinieron a nuestros últimos conciertos en California se metieron tanto o incluso más en nuestro repertorio más nuevo. La parte de “The Days Of Wine And Roses” casi parece un bis divertido más que la base del concierto. Eso nos crea buen rollo y nos libera para emprender una gira como esta sin sentir que nos estemos centrando simplemente en nuestro pasado. La gente a la que gusta The Dream Syndicate en este momento reconoce que hemos hecho algo especial en los últimos cinco años, algo que las bandas que se reúnen raramente hacen. Hemos creado todo un nuevo cuerpo de trabajo que se sostiene bien o, en mi opinión, incluso supera lo que hicimos la primera vez. Nuestro concierto todavía se centra en esta parte y después arroja un reto sabroso para la segunda parte.

Steve Wynn, Jason Victor, Dennis Duck y Mark Walton: manteniendo la chispa. Foto: Linda Pitmon
Steve Wynn, Jason Victor, Dennis Duck y Mark Walton: manteniendo la chispa. Foto: Linda Pitmon

Hemos visto a muchas bandas de los años 80 reunirse y grabar material nuevo. Cada caso es diferente, pero ¿qué te llevo a ti a hacerlo con The Dream Syndicate?

¡Ja, ja! Pues si te digo la verdad ¡fue España! Mi amigo Mikel Renteria, de Walk On Project, montó un pequeño concierto benéfico en Bilbao en 2012 y quería que yo formara parte de él. Mis dos bandas de entonces, The Baseball Project y The Miracle 3, estaban ocupadas, así que tuve la idea loca de reunir a The Dream Syndicate para un solo concierto. Entonces la buena gente de la promotora Heart Of Gold nos movió más bolos y de pronto teníamos una gira. Fue una explosión, lo pasamos bien, los seguidores nos recuperaron y nos dimos cuenta de que podíamos seguir mientras durara la chispa. ¡Y aquí estamos diez años después!

Siempre tuvisteis una relación muy fuerte con España. Vuestros fans no paran, por ejemplo, de compartir los enlaces de YouTube a vuestra actuación en el programa de TVE ‘La Edad de Oro’ en 1984. ¿A qué dirías que se debe esa conexión tan fiel con el público de aquí?

Esa actuación de ‘La Edad de Oro’ fue algo grande. Realmente no teníamos ni idea hasta que salimos por ahí al día siguiente y la gente nos miraba y nos señalaba en la calle como si fuéramos famosos. Y no me refiero solo a rockeros, sino a niños, gente mayor… todo el mundo. Fue flipante. Supongo que eso fue lo que hizo que la bola empezase a rodar para nosotros en España. Pero, aparte de ello, siempre me ha parecido que en vuestro país había un amor muy particular por los sonidos del punk, el garage y el power pop, y nosotros encajábamos muy agradablemente entre esas escenas.

Directo de “Tell Me When It's Over” en “La Edad de Oro” (TVE, Madrid, 9 de octubre de 1984).

Habéis publicado cuatro álbumes en los años 80 y otros cuatro en el siglo XXI. ¿Cuáles dirías que han sido las principales diferencias entre esas dos encarnaciones de la banda?

Pues, ¿sabes?, es curioso. A menudo nos etiquetaban como psicodélicos en los 80, y sin duda lo éramos en gran medida, especialmente cuando nos extendíamos haciendo largas jams en algunos de los temas. Pero somos una banda mucho más psicodélica ahora y en los cuatro últimos álbumes realmente nos hemos centrado en ese aspecto del grupo. En este momento somos una banda con mucha más confianza, seguridad y solvencia técnica. Cuando entramos en el estudio, parafraseando a Johnny Rotten, sabemos lo que queremos y sabemos cómo conseguirlo.

¿Cómo disteis con esa cualidad más experimental de los últimos discos?

Personalmente, creo que “The Universe Inside” podría ser lo mejor que nunca he grabado. Y consistió simplemente en una jam de 80 minutos a la una de la madrugada, tocamos hasta que desfallecimos e inmediatamente supe que habíamos hecho algo realmente interesante. Durante todo el año siguiente empezamos a añadir y sustraer y a mover cosas alrededor, como Teo Macero solía hacer con Miles Davis. Fue unas de esas situaciones de ensueño en el estudio, donde todo funcionó, todo salió muy fácil y natural y cada movimiento nos llevó al siguiente hasta que estaba hecho. El nuevo álbum es una extensión de aquel proceso. A veces las bandas hacen discos que no suenan para nada a lo que sus miembros escuchan en casa. Es extraño. Todavía te gustan los discos que haces, pero no es algo que vayas a poner en casa, ¿entiendes? No te diría qué piezas de mi discografía han sido así (afortunadamente, muy pocas), pero los cuatro últimos álbumes de The Dream Syndicate, y en particular los dos últimos, son realmente ese tipo de discos que todos los integrantes de la banda realmente escucharíamos incluso si no los hubiéramos hecho nosotros.

“The Bangles nacieron para tener discos de éxito y nosotros para ser una pequeña y freaky banda indie. Me alegré por ellas y me alegré por nosotros. Ambos acabamos siendo las bandas que teníamos que ser. Para exagerar y simplificar las cosas, ellas eran The Beatles y nosotros éramos The Velvet Underground, y ese fue el diseño de ambos desde el principio”

Steve Wynn

A la hora de escribir los textos, ¿cómo sientes que han cambiado tu método e inspiraciones, las cosas que te interesa contar?

Es probable que antes escribiera más como un narrador de historias de carácter duro, influido por las novelas de detectives y el gótico sureño de los 80. Estaba intentando encontrar mi voz y ese era un estilo que encajaba bien con mis letras. Ahora tiendo más a escribir sobre barreras psicológicas y existenciales y sobre desafíos. Fíjate simplemente en los títulos de los discos: “¿Cómo me he encontrado a mí mismo aquí?”, “Estos tiempos”, “El universo interior”… Supongo que estoy explorando quiénes somos, por qué estamos aquí, qué pasa después…. Todo ese tipo de cosas. Por supuesto, esta vez salimos con un título más loco porque puede que refleje la variedad de temáticas y sonidos que aparecen en el nuevo disco.

Hace poco escribí aquí sobre la reedición de “Out Of The Grey” y me llamó mucho la atención la historia sobre cómo A&M os echó por no vender lo suficiente. ¿Os llegó a parecer frustrante aquella situación de no lograr los objetivos comerciales?

Para serte sincero, no nos echaron ellos. Fuimos nosotros quienes pedimos la carta de libertad porque no dejaban de pedirnos más y más maquetas, y lo que nosotros queríamos era sacar un disco cuanto antes y salir a la carretera. Probablemente ellos nos habrían publicado otro disco, realmente les gustaba tenernos en el sello y les caíamos bien personalmente. Pero nosotros creíamos que encajábamos mejor en las agendas de lanzamiento más rápidas y ágiles de un sello indie. Fue una buena decisión.

“Damian”, muestra de “Ultraviolet Battle Hymns And True Confessions” (2022).

Ese mismo año fue cuando The Bangles, amigas estrechas vuestras de la escena Paisley Underground, lo petaron globalmente con su álbum “Different Light”. ¿Os alegrasteis por ellas u os sentisteis más bien celosos?

¡Escúchalas a ellas y escúchanos a nosotros! ¡Hay una enorme diferencia! Ellas nacieron para tener discos de éxito y nosotros para ser una pequeña y freaky banda indie. Me alegré por ellas y me alegré por nosotros. Ambos acabamos siendo las bandas que teníamos que ser. Para exagerar y simplificar las cosas, ellas eran The Beatles y nosotros éramos The Velvet Underground, y ese fue el diseño de ambos desde el principio.

Hay un documental en ciernes titulado “Beyond The Days Of The Dream Syndicate”. ¿Qué me podrías contar sobre él?

Lo está haciendo un tío de Holanda, Emiel Spoelder, que lleva trabajando en ello casi una década. Ha hecho algunas entrevistas realmente increíbles con un montón de personas de nuestra órbita y de fuera de ella también, se ha documentado mucho y se ha asegurado de que está contando la historia que hay que contar. He visto parte de lo rodado y partes editadas y creo que va a ser magnífico.

¿Cuáles son tus mejores y peores recuerdos de la trayectoria de The Dream Syndicate?

Afortunadamente, la mayoría son buenos recuerdos. De entre ellos, la primera vez que dimos un concierto, la primera vez que entramos en un estudio, la primera vez que vinimos a Europa, la primera vez que nos dimos cuenta de que podríamos volver veinticinco años después como una nueva banda que podría tanto hacer honor a nuestra historia como llevarnos más lejos, y la primera vez que vimos una reivindicación y la afirmación de ese sentimiento por los fans, los críticos y los colegas. Cada una de estas primeras veces fue siempre emocionante y después nos dedicamos a seguir construyendo lo que hiciera falta para mantener esa chispa encendida. A veces funcionó, a veces no. Entonces, los peores recuerdos me llegan de cuando quisimos expresar algo pero lo hicimos mal, en el escenario o en el estudio, y se iba casi fuera de nuestro alcance y no llegábamos allí. Pero lo maravilloso de eso es que, cuando sucedía, tú simplemente te desempolvabas, te ibas a dormir y te levantabas la mañana siguiente y comenzabas de nuevo con un borrón y cuenta nueva. Esa es la belleza, la seducción e incluso el proceso adictivo de lo que hacemos. Cualquier cosa es posible. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados