Poderosa. Foto: Óscar García
Poderosa. Foto: Óscar García

Entrevista

Queralt Lahoz: “Lo que quiero es comprarle a mi madre una casa con un huerto”

“Pureza” ha sido saludado como el debut flamenco más estimulante de la temporada. Un trabajo con carácter, gracia y discurso, perfecto retrato de su autora, Queralt Lahoz.

Ella tiene poder, la Lahoz es poderosa, la Lahoz tiene poder. Tan llena de gracia, es su poder. Su juntar palabras, es su poder. Tras currárselo desde abajo, sacando la patita con el dúo De La Carmela (con Daniel Felices) y después enseñando la cara con el EP “1917” (Say It Loud, 2019), este año su primer disco, “Pureza” (Say It Loud-Costa Futuro, 2021), ha hecho saltar la liebre (la banca, aún no). Una pócima golosa que ella va chorreando mapa abajo, desde Santa Coloma de Gramenet hasta Guadix, como si fuera La Rapera de los Peines: son sus cantes de ida y vuelta, algunos de hoy, otros de ayer.

Sobremesa tranquila en una terraza del barrio de Barcelona donde Queralt Lahoz vive ahora. Vamos hablando cada vez menos ceñidos al guion del cuestionario. Que si los hombres y las mujeres, que si qué y quién la representa, que si Almodóvar, Calamaro y Don Enrique Morente. Y así se nos fue pasando la tarde.

Te refieres mucho a las mujeres en general, y también a las de tu entorno cercano, como una influencia muy grande en tu vida y después en tu arte. Sin embargo, no mencionas casi a ningún hombre, o al menos yo no lo he visto.

Ya, es verdad. Yo qué sé, los hombres han estado ahí, pero... Mis padres se divorciaron, luego mi padre vivió fuera y he pasado más tiempo con mi madre.

Es que no salen ni el tío, ni el abuelo, ni el primo, ni el sobrino...

Es que sabes qué pasa, es que es muy curioso, pero se murieron mis tíos y mi padre no estaba, así que la única referencia masculina eran mis hermanos. Y claro, también tengo primos y tengo... Pero ¿sabes? Es que somos todas mujeres.

Vamos, que sois un matriarcado.

Sí, qué suerte.

“Yo vengo de la clase trabajadora, luego muy boba o de Vox he de ser si no me molestan estas cosas, ¿viste? Entonces, para mí sí que hay rabia y hay algo delicado dentro de este disco. Pero yo es que soy así, hablo de cosas que me molestan y de cosas que deberíamos cambiar, porque soy muy visceral, pero al final soy una tía superdulce y me gusta mucho cuidar las cosas y hacerlas delicadas”

En algún sitio he leído que habías pensado en iniciar una especie de tránsito entre, digamos, la rabia y algo que tuviera un tono más delicado, o al menos combinar las dos cosas. ¿En “Pureza” ese tránsito ya lo estás haciendo o no te lo has planteado aún?

Yo siento que sí, que está muy presente. Por ejemplo, “El tiroteo” es un tema en el que hay rabia dentro, porque habla del poder y yo cada vez que hablo del poder pues hay rabia, ¿no? Yo vengo de la clase trabajadora, luego muy boba o de Vox he de ser si no me molestan estas cosas, ¿viste? Entonces, para mí sí que hay rabia y hay algo delicado dentro de este disco. Pero yo es que soy así, hablo de cosas que me molestan y de cosas que deberíamos cambiar, porque soy muy visceral, pero al final soy una tía superdulce y me gusta mucho cuidar las cosas y hacerlas delicadas, y siento que eso es lo que pasa en “Pureza”.

Entonces, ¿podemos decir que te sientes representada por cómo te ha quedado este último disco? ¿Más que por “1917”?

Sí, sí.

¿Qué le faltaba a “1917” para que te representase?

Es que fue como una carta de presentación, ¿sabes? Una toma de contacto con mis guiños y con lo que yo llevaba años sabiendo que quería hacer, ese algo como electrónico dentro de mis matices más flamencos, o salseros o R&B. Pero “Pureza” es mucho más yo, ahí hay una serie de letras, sonidos, de cosas que me representan.

Mezclar sin miedo. Foto: Óscar García
Mezclar sin miedo. Foto: Óscar García

En alguna ocasión has dicho que te sientes una mente antigua. ¿Cómo se gestiona eso con la necesidad, la voluntad, el ansia, o como se quiera decir, que tienes de revolcarte y mezclarte con sonidos del presente para crear una personalidad tuya que sea de 2021?

¿Sabes eso que dicen de que las luchas se saltan una generación? Pues yo siento que los antiguos son modernos, los que no son modernos son los de ese punto de impasse, esa gente que está entre medias. O sea, mi abuela era más moderna que mi madre en muchas cosas, ¿sabes? Yo sí que me siento antigua en muchas cosas por eso mismo, porque siento que los antiguos luchaban de verdad por lo que querían, iban a por lo que querían, y estaban ahí presentes, y hubo una generación que se acomodó en pensar que eso es lo que había, ¿no? Y con la música me pasa lo mismo, siento que los antiguos mezclaban sin miedo y se atrevían a hacer cosas. Con mi música estoy también en eso, mezclando sin miedo, con atrevimiento pero con respeto al mismo tiempo, como hacían los antiguos.

¿Has visto la última película de Almodóvar?

No, no he ido todavía. Pero me gustaría verla.

Va toda de madres, hasta de la madre patria. Y habla mucho de la memoria histórica. Que es una parte que no me ha gustado, cuando al margen de la historia del melodrama que nos cuenta aparece otra paralela sobre eso, la memoria histórica y nuestra Guerra Civil, y algunos personajes, sobre todo el de Penélope Cruz, se convierten entonces en didácticos machacones, parece que sueltan un mitin. Te lo preguntaba porque cuando señalas a los hombres que no dan la talla, como los de los malos tratos, ¿crees que funciona mejor eso, apuntar mucho con el dedo, como hace Almodóvar en “Madres paralelas” o tú en la canción “La misa”, o se podría también recuperar algo o un poco de lo bueno que pueda salvarse del contrario, como haces en el tema “Tu boca”, a ver si así entre todos nos entendemos mejor?

Igual sí. Pero es que yo en “La misa” no hablo de amor, hablo del poder.

Aunque podría parecer que hablas de amor, ¿no?

Podría parecerlo, pero es que hablo del poder, porque “La misa” y “El tiroteo” están unidas, una sigue a la otra y así es como cobran sentido. Y hablo del poder, hablo del Rey, hablo de nuestros políticos y hablo de la fuerza de nuestro Estado español, porque en otro no he vivido, solo he vivido en este y ya tiene tela. Yo ahí hablo de ese poder y hablo de esas personas...

Y todos son hombres.

Lamentablemente, pero vivimos en un estado patriarcal, ¿no?

“Vivís en una constante presión por dar la talla como hombres y cuando algo se sale de esos márgenes parece que ya no tenéis esa valía. Así que debe ser bastante difícil ser hombre y querer salir de esos cánones establecidos. Pienso realmente que vuestra figura es superimportante para el cambio, sin ustedes no hay cambio, porque solas no podemos hacerlo, necesitamos que sepáis verlo”

Pero si me imagino por ejemplo que en esa canción, “La misa”, estás hablando contra los hombres, y no contra el poder, también cuela, ¿no?

¡Imagínate! Pero eso lo has dicho tú solo, eh, que yo no lo he dicho.

Es que soy el oyente...

Yo sí que siento, y eso lo he manifestado en otras entrevistas también, que ustedes también están puteados, el patriarcado les jode a ustedes también, porque tienen que demostrar todo el rato su valía, ¿me explico?

Sí, claro.

Vivís en una constante presión por dar la talla como hombres y cuando algo se sale de esos márgenes parece que ya no tenéis esa valía. Así que debe ser bastante difícil ser hombre y querer salir de esos cánones establecidos. Pienso realmente que vuestra figura es superimportante para el cambio, sin ustedes no hay cambio, porque solas no podemos hacerlo, necesitamos que sepáis verlo. Y, evidentemente, no se va a arreglar diciendo “¡es que mira qué mal lo has hecho!”. Yo intento no ser así. Ahí está “Tu boca”. Intento no poner al hombre como el malo, amo a los hombres de mi casa, tengo pareja... Creo que no es mi caso. Pero sí que soy mujer y vivo en el machismo y soy yo la que tiene que cruzarse de acera por la noche cuando vuelvo a casa, y esa es una cosa que nos pasa a las mujeres, lamentablemente. Pero es cierto que tenemos que introduciros en la comprensión de por qué estamos luchando y de cuánto nos queda por recorrer, y haceros ver vuestros privilegios, más que señalarlos constantemente, porque entonces ustedes se van a herir, van a sentir que les estamos señalando y nada va a cambiar.

Eso es lo que me molestó de la película.

Ya, es una pena. Aunque fuego con fuego a veces se apaga, y una buena hostia a tiempo, ya te digo.

Morentiana. Foto: Óscar García.
Morentiana. Foto: Óscar García.

Hablando de hombres buenos, tú siempre vas diciendo de Enrique Morente cosas buenas y que es un referente artístico que tienes muy presente. Hasta has comentado que después de lo que él hizo es muy difícil que se pueda ir más allá. Pero esa frase me parece muy poco “morentiana”, porque Morente difícilmente hubiera dicho que no se puede ir más allá.

A ver, se puede ir más allá, ¡pero yo no soy Morente!

¡Pero eres “morentiana”!

No, a ver, yo pienso que se pueden hacer muchas cosas, pero él dejó el listón muy alto, y el Camarón también lo dejó muy alto, como ha habido muchas mujeres que han dejado el listón muy alto, porque escucho a la Niña de los Peines y me digo que no se puede ir más allá, que no se puede ser mejor cantaora que Pastora Pavón. También pasa que yo hablo desde la admiración, porque soy de las que piensan que no se separa al artista de la obra, porque si tú eres muy buen artista y como persona eres una mierda, me importa un carajo tu música... Porque si tú eres Calamaro y has hecho cosas bonitas, pero luego tienes cosas que tal... Nos sentaremos en la misma mesa y debatiremos sobre muchas cosas, pero estás cojeando, hermano, y siempre cojearás. Y ya sus discos no los ves igual. He dicho Calamaro por decir equis, ¿eh?

Ya, pero es un ejemplo bastante representativo. Porque la mejor promoción que puede hacer Calamaro de un disco suyo es no dar ninguna entrevista.

Sí, por favor, que cada vez que abre la boca sube el pan. Por eso yo lo que valoro de Morente, y por lo que alzo mucho su obra, es porque lo que he leído de él, lo que he investigado de él, o de gente que lo ha conocido, o del mismo documental de “Omega” –José Sánchez Montes & Gervasio Iglesias, 2016–, de una persona que viajaba con su familia, que era tan entero, con tanto corazón; es que para mí eso da más valía a su obra, porque me hace pensar que lo que decía era de verdad, que su corazón era de verdad, que “El pequeño reloj” (2003) era de verdad, y entonces eso me flipa, lo veo como algo amoroso.

¿Has escuchado el nuevo disco de su hijo Kiki Morente, “El cante”?

Me he escuchado bien solo tres temas, pero quiero escuchármelo con calma. Es que Kiki canta muy bien, está cantando para rabiar ese niño. Igual hay detallitos de la producción que si estuviesen un poquito para arriba o un poquito para abajo quedaría mejor, pero eso ya son tiquismiquis personales.

Pero se pueden decir, ¿no?

Sí, pero es que estoy escarmentada ya con las entrevistas, que luego me ponen cada cosa...

Cambiemos de tema, pues. La creación de tu identidad como artista, y hablo tanto de la composición de los temas, de qué tipo de arreglos se ponen, de qué vestuario utilizas para salir en el vídeo, todo eso, ¿forma parte de una decisión, si no absolutamente, casi toda tuya, o trabajas en equipo?

Cada vez lo hago mejor, lo de trabajar en equipo, estoy aprendiendo a delegar. Pero empecé este proyecto con todos mis ahorros y no podía delegar porque eso significaba pagar a gente y no podía hacerlo. Y todavía me cuesta mucho. Tengo la suerte de que hay muchas personas que me echan un cable y me ayudan y están ahí, pero yo estoy todo el rato encima de mi trabajo.

Hacia la cima. Foto: Óscar García
Hacia la cima. Foto: Óscar García

¿Así que la última decisión es tuya?

Sí, la última, sí. Y también la primera. Lo que pasa es que es cierto que sé hasta dónde puedo llegar y es verdad que cuatro ojos ven más que dos. Pero si no quiero hacer eso no lo voy a hacer y si ese sonido me gusta sí lo haré, eso lo tengo muy claro. Que yo estoy ansiosa y he venido para comerme el mundo, que para eso trabajo. Quiero vivir de esto toda mi vida, quiero morirme en los escenarios, imagínate. Es lo que siempre he soñado y sueño. No le tengo miedo a nada porque lo veo como un oficio. ¿Sabes eso que dicen muchos artistas en plan “eh, que esto no es un trabajo”? A ver, no romanticemos, vida mía, que yo me levanto a las siete de la mañana y me acuesto a las dos de la otra mañana. Eso es un trabajo, cariño. Esto no es “Mr. Wonderful”, aquí se pica piedra, ¿sabes lo que te digo? Que parecemos una serie de Netflix hablando de la esclavitud de los negros como si fuesen mariposas. Pues no, las cosas son difíciles y para ganarte el pan tienes que trabajar mucho, y si no quieres venderte tienes que trabajar mucho. Y si quieres tener un ápice de autenticidad tienes que trabajar mucho.

¿Porque tú no estarías dispuesta a venderte?

Todo el mundo se vende.

Pero, por ejemplo, cantas letras que en algunas reseñas las han descrito como “barriales”, que vienen del barrio, pero luego las interpretas en un festival sobre un escenario esponsorizado por Vueling. ¿Eso cómo lo llevas?

Yo tengo que comer. Y soy un ser humano y me contradigo. Antes me importaban mucho estas cosas, ¿sabes? Y cada vez quiero que me dé más igual. Porque yo al final lo que quiero es comprarle una casa a mi madre.

Ese es el titular.

Es que es verdad, lo que quiero es comprarle a mi madre una casa con un huerto. Si puede ser, una por Granada y otra por aquí cerca. ∎

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