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En su ensayo “El poder de lo cuqui” (Alpha Decay, 2019), el filósofo Simon May propone una revisión de la estética cute como “expresión burlona de la opacidad, la incertidumbre y la extrañeza”, de lo que ocurre cuando lo dulce se vuelve “siniestro, indeterminado e incluso monstruoso”. Esto le viene al pelo a “Rosie en la jungla” (Fulgencio Pimentel, 2020), ganador de la cuarta edición de los Puchi Awards y primer cómic que se publica en España del británico Nathan Cowdry (Brighton, 1990), que orquesta una tragedia sórdida y salvaje tensando los límites de la moral, pero operando siempre desde parámetros estéticos que evocan lo cuqui. Su dibujo con aires de Tezuka y de ilustración infantil de los 60 camufla la historia de una chica de rostro angelical y sin escrúpulos que viaja de Sudamérica al Reino Unido con su perro Denton embutido de fardos de cocaína. En “Rosie en la jungla” hay mucha sangre y lefa, pero también melancolía, humor macabro y un villano con forma de braguitas. Es como agitar en la coctelera a Simon Hanselmann, Akira Toriyama, Purita Campos y J. G. Ballard: no sabes a qué sabe el combinado ni si te provoca risa, miedo o asco, pero quieres otro más.
Si Cowdry subvierte lo cuqui al usarlo de correa transmisora de su batidora posmoderna y amoral, Moderna de Pueblo –avatar de Raquel Córcoles (Reus, 1986) y Carlos Carrero (Madrid, 1984)– recurre a los tonos pastel y al brilli-brilli como expresión de una manera de entender la identidad femenina que se pone en jaque en una de las tramas más interesantes del reciente “Coñodramas” (Zenith, 2020). El cómic muestra cómo el despertar feminista de Córcoles la lleva a cuestionar la propia estética de sus cómics y el estereotipo de lo femenino que representa, aunque lo que subyace es su deseo por conquistar el respeto de los prescriptores culturales. Pocos se atreven a exponer sus dudas creativas con la sinceridad de esta dibujante, que muestra sin ambages el pulso entre éxito y reconocimiento que corroe a tantos creadores. Esta “Guerra del Rosa” –con final feliz y aceptación de uno mismo– es lo más estimulante de un cómic que sigue explorando as dinámicas de la amistad femenina (ojo al retrato del baby mobbing de las amigas solteras a las que tienen hijos) y desarrolla el camino de concienciación feminista iniciado en “Idiotizadas. Un cuento de empoderhadas” (Zenith, 2017) con el más bien innecesario añadido de una parodia de ciencia ficción en clave feminista.