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Libro

Juan Manuel Gil

Trigo limpioSeix Barral, 2021

21. 04. 2021

Un niño corre tras una pelota por la pista de un aeropuerto para acabar en el cuartel de la Guardia Civil donde conoce a Huáscar, un tipo extraño que cuenta su vida como una historia que son todas las historias/vidas posibles. Y ese niño, que se convierte en novelista de éxito, termina buscando a Simón, amigo de la infancia, que después de leer su última novela le envía un correo electrónico preguntándole por qué no escribe sobre ellos, sobre aquel incidente del aeropuerto y lo que sucedió en aquella Almería de inicio de los noventa. Entonces el niño, que ya es novelista, empieza a correr en la vida y en la ficción, a mezclar una y otra en un juego metaliterario que hibrida géneros con cierta causticidad y humor mediante una estructura equilibrada, flexible, poliédrica, que combina presente, pasado y futuro, en complicidad con los lectores y que comparte la fascinación de las historias de Huáscar y los que lo emulan.

La pugna entre vida y ficción es un clásico que ha hecho caer en su trampa a auténticos maestros, como Borges, que distinguía a los escritores que se lo debían todo a la literatura y los escritores que se lo debían todo a la vida, como si la primera no fuera una faceta más de la segunda, una región, la literatura, que no es independiente y nunca lo será de la única nación, la vida, a la que por fuerza pertenecemos. Ahí radica una de las muchas fortalezas de “Trigo limpio” (Seix Barral, 2021), ganador del último Premio Biblioteca Breve, en ese productivo diálogo entre vida y literatura, memoria e imaginación, para indagar en sintonía con el narrador en el lenguaje y las formas narrativas a la hora de contar y de expresar los conflictos y debilidades humanas, los ecos absorbidos de lecturas y vivencias, para transformarlas en una historia ágil en la que se cruzan Cervantes, Auster y hasta Urasawa (“El Quijote”, “Brookyn Follies”, “20th Century Boys”…), y otras muchas lecturas, leídas o no por el autor, si no ya por el lector que se aproxima a esta novela, para hablar de la naturaleza contradictoria de hombres y mujeres, las simulaciones de la memoria y el poder de la ficción. 

Nadie como Juan Manuel Gil (Almería, 1979) ha comprendido que esa disyuntiva no es más que una colaboración imprescindible, y que la ficción es vida y la vida es ficción, y hay novelas en las que cabe mucha más vida que en una reunión de directivos, y mañanas en el mercado en las que cabe mucha más literatura que en la biblioteca de un erudito. Y esta “Trigo limpio” atesora lo mejor de ambas. ∎

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