A más de uno nos gustaría poder indagar en la imposible colección de archivos que alojaba, o mejor,
acumulaba Warren Ellis en el escritorio de su laptop en
“This Much I Know To Be True” (Andrew Dominik, 2022). Será difícil, pero, por suerte,
Ellis y su colega
Nick Cave están acabando cosas y sacando a la luz mucho de ese material: nada menos que dos bandas sonoras del dúo, ambas para estrenos de Netflix, acaban de ver la luz casi al unísono.
Una de las gratas sorpresas de “Dahmer. Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer” (Ryan Murphy e Ian Brennan, 2022) es, precisamente, la presencia de estas dos bestias del rock contemporáneo en el apartado musical. La inicial (en el
score)
“End Credits” indica muy bien el tono de la serie: atmosférica morosidad, más sugerencia que exhibición y la emoción triste que resulta de observar a todos los habitantes del mundo (monstruo y víctimas) con (distintos grados de) empatía. Esa embrujada melodía principal reaparece en versión tintineante en
“No More Free Rides” e incluso más naíf en
“Oily Tadpoles”.
Tensión pulsátil y violín agorero mandan en
“Body Dispatch”, la música del momento en que el “carnicero de Milwaukee” (gran y contenido Evan Peters) decide deshacerse del cuerpo del fugitivo de 14 años que la policía ha traído de vuelta al escenario del crimen. Aquel chico no tuvo la suerte del joven gay de color cuya fuga (exitosa) ilustran Cave y Ellis con énfasis percutivo en
“Escape”. Más adelante, los amigos prueban con fases de psicodelia y fuga psicogénica (
“Tourniquet Knot”), miniaturas pianísticas (
“Why Are You Crying?”,
“I’ll Keep Waiting”), fragmentos más ambient (
“Lionel Blames Joyce”)… Todo, siempre, desde la citada sugerencia.
Más exaltado es el
score de
“Blonde” (2022), el espectral y a menudo espectacular
no-biopic de Marilyn Monroe que se ha marcado Andrew Dominik a partir de la novela (o no-biografía) de Joyce Carol Oates. Como corresponde a una película con tanto del David Lynch más canónico, de su obsesión por la inocencia corrompida, el trabajo recuerda sobremanera al mejor Badalamenti. Escuchen, por ejemplo, la emotiva
“Gemini”, que ambienta la (inventada) relación poliamorosa de MM (enorme Ana de Armas) con Charles Chaplin Jr. y Edward G. Robinson Jr., o
“Nembutal”, una dolorosa elegía synth en la que este cronista escucha ecos del tema de Laura Palmer y los pasajes más emocionales de “Corazón salvaje” (David Lynch, 1990). Además de poner sonido al incendio que sacude Hollywood Hills,
“Fire In The Hills” ilustra con tonos mareantes el viraje hacia territorio “Mulholland Drive” (David Lynch, 2001), y
“A World Of Light”, un final de cielo estrellado como el de “Una historia verdadera” (David Lynch, 1999).
Por otro lado, Cave y Ellis tienen además tiempo para autorreivindicarse:
“Bright Horses”, uno de los clásicos de
“Ghosteen” (2019), resurge en versión instrumental para acompañar al feliz, en principio, matrimonio de Monroe con Arthur Miller (Adrien Brody), que da pie a un raro tramo luminoso en este maratón de amargura. ∎