“El pop no es cosa menor”, dice el eslogan del sello valenciano Futuras Licenciadas, y Xenia, una de las artistas más destacadas de su cantera, parece habérselo tomado en serio. Si ya en los singles del año anterior (las dulces y adictivas “Montaña rusa” y “Sería lo mejor”) se veía una capacidad más que notable de hermanar melodías redondas con producción synthwave, en “Esfera”, su primer EP, ha llevado su apuesta un paso más allá. Ha conseguido oscurecer su sonido sin que suene impostado y sin renunciar a su capacidad de hacer canciones puramente pop. En el fondo, su propuesta, a veces equívocamente igualada a cierto post-punk derivativo, tiene más que ver con los Beach House más oscuros. No es poco. Santi Fernández

En “La Jara”, la mezcla de imaginario popular, sintetizadores ochenteros y techno quemasuelas que practican Ruiseñora brilla en toda su fuerza arrolladora. Un contraste que hace de este EP una preciosa explosión vitalista pero herida, donde la tierra florece y adolece por partes iguales. Así, empezamos envueltos en un canto a la naturaleza de la región extremeña, con ese homenaje a sus brezos y labiérnagos en boca de Juan Ramón Jiménez (“La Jara”), y terminamos con un grito de libertad simbolizado en un pájaro azul, donde el corazón rítmico que le infunde Atilio a todo el disco se retuerce en la psicodelia más que nunca (“Azulejo”). En definitiva, un iniciático viaje a una tierra que aún existe, en un tiempo que ya fue y en un sonido que todavía está por llegar. Patri Di Filippo

La asturiana Lorena Álvarez se asoma a los Pirineos desde los Picos de Europa. Es la suya una inmersión entusiasta y desprejuiciada que conecta Asturias y Aragón a través de un concepto común a estos dos pueblos: la ronda musical. Parte fundamental de la evolución de la música tradicional del Pirineo, las rondas o rondallas siguen muy presentes en el panorama aragonés actual y demuestran la vigencia del plectro más allá de su obvia asociación con una concepción añeja (o, directamente, rancia) de la música. Las cuatro canciones que contiene “Lorena Álvarez y Los Rondadores de la Val d’Echo” destilan un aroma natural. Se puede oler en ellas el aire de la montaña. Es música surgida al calor de la amistad. O como dice la propia Lorena, “música a ras de suelo”. Luis Lles

El ascenso de La Paloma durante todo 2021 hay que definirlo como fulgurante. Evidentemente, es difícil no situar a las bandas ruidosas de pop de guitarras en esta estela en la que también sirven como guías Hinds, pero La Paloma se distanció (a su manera) desde el principio. “Una idea, pero es triste” termina de rubricar una muy contemporánea afiliación del grupo al pop en lo melódico, completando esa travesía de Hüsker Dü a The Replacements y de The Replacements a Pavement: ni tan punk ni tan noise pop ni tan garage. Sus composiciones tienen vocación de himnos hacia adentro, riffs vertiginosos, espíritu coreable y una vocación directísima. Diego Rubio

El torpedo pandémico a la gira de “Per la bona gent” (2019) llevó a Manel al estudio antes de lo imaginado para afrontar los aplazamientos al 2021 con provisiones de material fresco. Tres canciones, las que integran “L’amant malalta”, este EP de entretiempo, o más bien de limbo, que responden a la visión del grupo del parón global de este último año, sobre todo en el tema que le da título, crónica de una cita frustrada por un súbito achaque, una “grip amb febres altes”, diagnóstico banal que nos lleva mentalmente a los primerísimos compases de la crisis de la COVID-19, cuando solíamos asociar el virus a poco más que a un resfriado. Jordi Bianciotto

Lagarde estrena discografía prácticamente con lo puesto, pero tiene percha artística de sobra para llamar la atención desde la primera escucha. Las cuatro canciones de “and I bet I’ll see you from this side” sorprenden tanto por su envidiable punto de maduración como por la alta definición de una propuesta siempre enjundiosa. La cantante y compositora catalana hace justicia a referentes que obligan a colocar el listón en zonas de considerable exigencia, como Mojave 3, Sharon Van Etten o Maple Glider, moviéndose con soltura entre el folk de querencia campestre y el pop de contornos vaporosos. César Luquero

Dijimos adiós al verano, a los conciertos con restricciones y a mover la pierna de manera excesivamente entusiasta en nuestras sillas. Dijimos adiós a un verano extraño y volvió Sofia con sus canciones para bailes pospandémicos, o posapocalípticos. “El ayre del almena”, primer EP (en formato casete) de Sofia, es fiel a la nostalgia lo-fi y a su voz bajita, loopeante e hipnótica, a cantarnos sobre dragones, desamores y soledad. Esta one synth woman del siglo XXI nos lleva a esferas donde lo medieval y lo kraut tienen cabida en un mismo espacio. La artista ya no es promesa: nos ha prometido y cumplió y estas canciones consolidan a la mallorquina entre las propuestas más interesantes del panorama nacional. Alba Molleda

Material servido en bandeja para que los madrileños, siempre con la puntería tan afinada a la hora de dejar en evidencia lo más absurdo de nuestra existencia (pos)moderna, acometan con su acidez e ironía características la conspiranoia 2021 en “Todo el mundo quiere hacerte daño”, con su arrollador tema titular. Un combo ideal para radiografiar el año junto a “El negacionista” de Los Planetas. El EP muestra tres versiones bien diferenciadas de Los Punsetes. Grupo pop generacional ya bien entrado en la cuarentena (todos del 78 excepto Luis Fernández, bajista, y a la cabeza de Sonido Muchacho) bajan revoluciones y abordan lo “viejoven” en “Shiseido”, tan cómica como reflexiva. Con “Imagina ser una piedra”, incluso llegan a ponerse melancólicos. Cesc Guimerà

Dieciséis años después de su última manifestación discográfica, quien fuera conocido como Prozack retorna bajo su propio nombre, mediante “Retortoiro”, un EP de cinco canciones. Pura abstracción minimalista en la que ha destilado su sabiduría en la composición de texturas tejidas desde el mundo onírico. Lo que tenemos aquí no solo alimenta nuestros sueños de lo que está por venir, sino que también confirma lo que nunca debimos olvidar: la importancia capital de Ordóñez en la evolución de la música electrónica en España a lo largo de estas tres últimas décadas. Marcos Gendre

Sonido Muchacho, hogar discográfico de Mujeres durante el último quinquenio, celebró su primer centenar de referencias con “Rock y amistad”, single de colaboraciones en el que el trío barcelonés comparte cancionero con cuatro grupos de diversa extracción sónica y generacional: Carolina Durante, Nueva Vulcano y Cariño. El planteamiento coral del EP y su apasionado desarrollo lírico nos recuerdan que tener un grupo de rock puede trascender consideraciones estrictamente artísticas y profesionales. Puede hacer que las vidas de quienes tocan –también de quienes escuchan– sean más plenas. Y puede ampliar su visión del mundo pese a las dificultades que conlleva mantener en pie esa estructura, que suele ser más vulnerable de lo que parece. César Luquero

El vallecano Marcos Crespo se toma muy en serio el proyecto Depresión Sonora, pese a los que rechacen sonidos tan retrospectivos. El salto dado entre su primer y homónimo EP, autoeditado durante el confinamiento, y este “Historias tristes para dormir bien” se hace evidente en un mejor trabajo de guitarras y bajos y en una forma más acertada de capturar el escapismo romántico, la ansiedad, el aislamiento, la pérdida de las ilusiones y el “decepcionismo” generacional que lo sitúa naturalmente en la contemporaneidad. La prueba está en “Apocalipsis virtual” o “Gasolina y mechero”, sensacionales actualizaciones del coldwave que mantienen el espíritu DIY que ya es sello del proyecto y que buscan nuevos espacios para terminar de definirse. Diego Rubio

Las fantásticas aventuras de cinco “amigos prematuros” que acaban montando un grupo musical llamado Doble Pletina: así podríamos resumir (¿se puede?) la trama del metamusical “Stop”, el fantástico delirio fílmico realizado por Stanley Sunday con el quinteto barcelonés como protagonista. Las cuatro canciones que suenan en el filme aparecen autónomamente en un precioso 10” producido por Hidrogenesse. Paseen, sin prisa y con la sonrisa en la cara, por los sonidos e imágenes de este EP: fantasía fantástica y fábula superpop como pócima para relajar crisis vitales (reales o imaginadas). Juan Cervera

Aunque desde el título ya parece sugerirse que más pronto que tarde vendrán empresas mayores para ella, “Warm Up” no es una anécdota, sino la constatación del elemento extraño dentro del mainstream que, tres años después de “Worldwide Angel” (2018), aún sigue siendo Bad Gyal. Por más que se le intuya una voluntad mayor que en sus inicios por construir un hit rápidamente asimilable, por más que se haya amoldado perfectamente a la escueta duración que últimamente gasta el pop (seis de los ocho cortes no alcanzan los dos minutos y medio), por más que su lenguaje musical se mueva en la tendencia, todavía sigue siendo complicado decir qué hace Bad Gyal: no es exactamente reguetón, tampoco dancehall ni dembow, sino una especie de interpretación libre de todo ello que la diferencia al instante incluso ahora que su mercado se ha expandido. Víctor Trapero

Ninguna referencia de Sen Senra ha sido igual a la anterior, y “Corazón cromado”, esta colección de siete temas no es excepción: aunque prolonga el giro al R&B del emblemático “Sensaciones” (2019), muestra a un artista con todavía más confianza en los poderes del minimalismo y menos miedo a probar suerte en algo parecido al estrellato pop. “Corazón cromado”, en el que de nuevo Antxo Ferreira participa como productor, suena espacioso y depurado; estilizado a veces de manera (retro)futurista. Algo que contrasta con la conocida visceralidad de las letras de Senra, esta vez tan sexuales como románticas. Juan Manuel Freire

Para Ikram Bouloum, la programadora, DJ y periodista catalanomarroquí que ahora desvela su propio proyecto con “Ha-bb5”, el número cinco reverbera con toda su simbología y poder protector. No parece casual que ese dígito forme parte de su alter ego bb5, una entidad virtual representada como una presencia hecha de cristales flotantes a través de la cual ha configurado sus propios temas; tampoco que sean precisamente cinco los cortes que conforman este primer EP.

Desde el primer momento, Ikram pone de manifiesto una fuerza arrolladora, que canaliza a través de su voz –cantando principalmente en tamazight, su lengua materna, propia de los imazighen, el pueblo bereber de Marruecos, pero también en catalán y en inglés– y de una visión certera sobre cómo aunar el legado cultural de sus raíces y un punto de fuga hacia el presente y el futuro a través de la factura eminentemente digital de la producción de Mans O.

A lo largo de “Ha-bb5”, Ikram verbaliza la fricción entre Occidente y Oriente desde la experiencia y la complejidad del choque cultural, desarticulando una concepción rígida o excluyente de la identidad. Juan Monge