Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.
De Asia a Brooklyn y de Brooklyn a Los Ángeles. El recorrido de Bubble Tea And Cigarettes ha sido fulgurante. Enarbolando la bandera de algo que podríamos llamar dream pop, pero que ellos no acaban de reconocer como tal, nos presentan “There’s Nothing But Pleasure” y nos anticipan futuros movimientos.
Una escucha a cualquier lista de reproducción de las tituladas “bedroom pop” o “intimacy” sugiere que los sonidos etéreos se han convertido en un idioma común para una generación que no había nacido cuando los Cocteau Twins publicaban discos. Con los años los conceptos se desdibujan, las palabras pierden su significado y la herencia del dream pop ha ido cambiando. La generación Z abraza sin ningún miedo el uso del reverb y la ensoñación, incluso en TikTok: hay cosas que nunca mueren.
Bubble Tea And Cigarettes pasan el género por una revisión contemporánea, tamizada por el filtro de Lana Del Rey y Cigarettes After Sex, llena de melancolía pos-Tumblr y de revival 2011 (sí, ya es posible). “There’s Nothing But Pleasure” (Elefant, 2022), su debut en formato largo, es un álbum narcótico y frágil, un pequeño tratado de amor por efectos como el reverb y el delay y por los tempos pausados. Un futuro pequeño clásico de su género. Intercambiamos impresiones con Andi Wang y Ruinan “Kat” Zhang sobre herencia asiática, la aproximación desprejuiciada a la música, la ambición creativa y sobre los mundos que unen a los miembros de este muy prometedor dúo.
Hay algo muy urbano, muy nocturno, en vuestras canciones. ¿Se despertó ese interés al mudaros a Nueva York o ya venía de antes?
Andi: Los dos pasamos nuestra infancia en grandes ciudades asiáticas, como Tokio o Pekín, así que muchas de nuestras experiencias y emociones están directamente relacionadas con entornos urbanos. Kat vino a Nueva York a estudiar periodismo, y yo a trabajar de ingeniero, aunque con vistas a poder participar como pianista de jazz en la escena local. Los dos somos aves nocturnas, así que creo que sí, que hay una fascinación ahí. También creo que la noche es un momento profundamente emocional. Eso influye.
¿Cómo fue vuestra educación musical en Asia? ¿Estabais ya interesados en la música anglosajona o manejabais otras influencias?
Kat: Ya desde jóvenes escuchábamos música muy variada. Yo crecí escuchando mucho indie japonés, pero al mismo tiempo estaba obsesionada con Lana Del Rey.
Andi: El indie japonés fue muy importante para mí, pero según fui creciendo se fue abriendo a muchas influencias, sobre todo estadounidenses. Después empecé a tocar en grupos de jazz, funk, R&B… El jazz abrió una puerta hacia la música brasileña, que para mí ha sido muy importante y se refleja mucho en las canciones del grupo. Al mismo tiempo, al haber estudiado piano en el conservatorio, tuve la oportunidad de conocer en profundidad a autores europeos, sobre todo de música para cine, que me han influido profundamente, como Ennio Morricone.
Hay algo en el sonido del dream pop que ha hecho que siga siendo popular generación tras generación, como demuestra el éxito de grupos como The xx, Beach House o Cigarettes After Sex. ¿De qué forma creéis que apela al público joven?
Kat: Creo que nunca hemos buceado muy profundamente en la historia del dream pop. Pero sí que es cierto que, siendo como somos gente bastante introvertida y obsesiva que quiere escapar de su rutina y que al mismo tiempo se aburre con facilidad, buscamos estímulos nuevos constantemente. Creemos que el dream pop apela mucho a ese sentimiento. No podemos hablar por toda nuestra generación, pero personalmente sentimos que las formas artísticas que más perduran en nosotros son aquellas en las que los artistas se expresaban con sinceridad, sacando su lado más sensible, más vulnerable. Lo que nos gustaría es poder hacer música atemporal, emocional. Y hay muchos otros artistas que, como nosotros, lo están intentando con herramientas que esquivan la cultura mainstream.
¿Os consideráis nostálgicos, musicalmente hablando? Por ejemplo, en “Santa Monica” las orquestaciones evocan de forma muy clara las baladas de los 60.
Andi: No creo que seamos intencionalmente nostálgicos durante el proceso creativo. De hecho, te diría que la mayor parte de los artistas que nos inspiran siguen en activo, muy pocos de ellos son leyendas de otras décadas. Pero sí que es verdad que tenemos querencia por sonidos suaves, evocadores, orgánicos. Por eso acabamos utilizando siempre que sea posible instrumentos físicos, y preferimos los sintetizadores analógicos sobre los digitales. También al usar sintetizadores intentamos filtrar todas las frecuencias altas y eliminar el ataque del sonido. La síntesis digital es fantástica para conseguir sonidos muy agresivos, que destacan mucho en la mezcla, y creo que son el tipo de sonidos que tenemos asociados mentalmente con lo que es contemporáneo. Pero a nosotros nos cansa mucho esa agresividad sonora. Preferimos tonalidades y timbres más dulces, el sonido contemporáneo nos cansa.
¿De qué forma diríais que el trabajo de los cineastas Shicong Zhu y Davis Chang, con los que habéis colaborado, complementa vuestra identidad musical?
Kat: Su trabajo es excepcional. Queríamos que nuestro debut tuviera una cualidad cinematográfica, así que poder hacer videoclips que produzcan esa sensación de estar viendo una película ha sido perfecto, era casi necesario. Y el resultado ha superado ampliamente nuestras expectativas. Les dimos libertad artística y trabajaron muchísimo, y eso se nota mucho en el producto final.
¿Creéis que la música de Bubble Tea And Cigarettes está intrínsecamente relacionada con la intimidad, con hacer canciones en casa, o creéis que en el futuro experimentaréis con otras formas de concebir y grabar las canciones?
Andi: El grupo se ha convertido en algo emocionalmente importante para los dos, y esperamos que le queden muchos años y álbumes por delante. Pensando a medio o largo plazo no nos gustaría ponernos limitaciones respecto a cómo grabar o cómo componer. Queremos ser sinceros con el momento que estemos viviendo, nada más. Somos muy dispersos y saltamos de una idea a otra con mucha facilidad, con lo que creo que intentar grabar música de otras formas será inevitable. Además, a nivel personal, tenemos tendencia a mudarnos. Acabamos de irnos a vivir a Los Ángeles, así que imaginamos que eso terminará por reflejarse de alguna manera en nuestra música. Por ejemplo, ahora mismo estamos trabajando en lo que será nuestro segundo álbum y la forma de componer está siendo drásticamente distinta a la del primero. Ahora vamos a un local de ensayo a componer, no lo hacemos todo en un apartamento minúsculo. Eso va a afectar al sonido inevitablemente.
Kat: También pasa una cosa: muchos grupos se convierten en sinónimos de un sonido específico. Nos gusta mucho esa idea, tanto, que intentamos ponernos a componer canciones que fueran parecidas a las del primer álbum. Pero no fuimos capaces. Lo intentamos pero no nos salía. Como te decíamos antes, nosotros cambiamos, nuestro entorno cambia, nuestra música cambia. Esperamos que el nombre Bubble Tea And Cigarettes se convierta en algo más parecido al seudónimo de un autor que a algo que sea sinónimo de un sonido, poder experimentar con distintos géneros, con distintos tipos de canciones. Pero también te digo que suele haber una esencia que es común a todos los trabajos de un autor. Al escribir cada disco vamos a intentar llevar al límite nuestra creatividad a la hora de tratar el tema específico de cada álbum. Pero eso también significa que después de ello no vamos a ser capaces de replicar ese sonido de la misma manera nunca más.
¿Cómo os sentís respecto a la etiqueta bedroom pop? ¿Os sentís parte de ello, de alguna manera?
Andi: Nos parece fantástico que hoy en día cualquiera pueda grabar un álbum en casa teniendo únicamente un portátil y un micrófono. Internet hace posible que las canciones que hagas puedan ser escuchadas en cualquier lugar del mundo. Poder hacer esto nos salvó a nivel personal, porque no somos gente muy sociable. De repente, el no necesitar tratar con demasiada gente en el proceso de terminar las canciones y publicarlas nos ayudó mucho. No necesitar estudios de grabación carísimos, tener tiempo infinito para poder llegar a sonar como quieres, poder dedicarle el tiempo que necesita cada canción sin presión económica… Hay muchas ventajas.
¿Qué os pareció vuestra gira española de este año y el trabajar con Luis y Montse en Elefant?
Kat: Nos encantó poder girar por España. Comentábamos antes que somos animales nocturnos y España es un país en el que todo abre hasta muy tarde. El público es más tímido que en Estados Unidos, aunque empiezo a sospechar que en esto la excepción es Estados Unidos: muchísima gente se acerca a hablarte después de cada concierto, pero aun así hay mucho apoyo, y se nota, en los discos que compran, el merch…
Andi: Respecto a trabajar en Elefant, nos encanta la libertad artística que nos dan, la forma que tienen de apoyarnos; nos han dado mucha confianza en nosotros mismos. Se nota que para ellos la prioridad es la música y no hacer dinero. Hay un enorme respeto recíproco entre el sello y la banda, y eso no es nada fácil. Además de eso, giramos por España junto a Tronco, escuchamos a otros grupos del sello y notamos que, independientemente de los estilos que practiquen, los artistas de Elefant tienen siempre mucha personalidad y mucha sinceridad. Nos encanta formar parte de eso.
¿Cuáles son los siguientes pasos para Bubble Tea And Cigarettes?
Andi: Ahora mismo se podría decir que hay una relación perfecta: Kat dirige artísticamente el grupo y yo contribuyo con ideas musicales y con mi habilidad técnica. Los dos somos muy perfeccionistas y no siempre estamos de acuerdo en cómo sacar adelante las canciones. No creo que vaya a haber más miembros en el grupo de cara a la composición, pero sí que queremos tener un grupo para girar, así que podemos decir que estamos buscando banda.
Kat: Estamos preparando el segundo álbum y creemos que podemos adelantar algún single pronto. Va a haber canciones más cortas y rápidas, pero seguimos siendo el mismo grupo con un mundo referencial que no ha cambiado tanto. ∎