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Un secreto demasiado bien guardado: Rosalind Leyden. Foto: Joe Bede Lovett
Un secreto demasiado bien guardado: Rosalind Leyden. Foto: Joe Bede Lovett

Entrevista

Rozi Plain: “Si soy poco específica, es porque quiero darme margen para seguir pensando sobre las cosas”

Como no hace demasiado ruido, tampoco lo ha generado en exceso. Pero Rosalind Leyden, alias Rozi Plain, es una compositora digna de admiración y hasta de fascinación. A lo largo de una discografía de interés creciente, ha sabido diversificar su singular indie pop-folk, siempre un tanto elusivo, sin caer nunca en las trampas de la autoindulgencia. Hoy, miércoles 6 de septiembre, actúa en la sala Riquela de Santiago de Compostela y en los próximos días pasará por Madrid (7), Valencia (8) y Barcelona (9).

06. 09. 2023

Parece que fue (ante)ayer, pero ha pasado una década y media desde que Rosalind Leyden estrenara en largo su alias Rozi Plain con “Inside Over Here” (Fence, 2008), solo la primera etapa en un camino de búsqueda melódica y sónica al que, desde “Joined Sometimes Unjoined” (Fence, 2012) –grabado en Escocia con King Creosote– se irían sumando cada vez más voces, más amigos, sin que el minimalismo inicial se resintiera.

En el radiante “Prize” (Memphis Industries-Music As Usual, 2023), el disco que la trae estos días por España, su indie pop-folk suena más rico que nunca y, a la vez, tan esmerado y estudiado como siempre. Leyden responde con honestidad a un cuestionario sobre sus estrategias y fórmulas o falta de unas y otras.

Tu música no es acelerada ni ruidosa, lo que la aleja bastante del mundo actual. Eso no quiere decir que sea estática ni poco expresiva; simplemente se basa en una tensión agradable y una emotividad nada forzada. ¿Cómo lo haces?

(Risas). Bueno, es difícil decir cómo lo hago. ¡Es como me sale! Pero siempre he pensado que el propósito principal de esta vida es acercarse a los demás desde un lugar de calidez y de comprensión mutua. Quizá eso es lo que trato de hacer también con la música.

¿Dirías que hacer música te ha servido como autoterapia?

Desde luego que sí. Hacer canciones tiene mucho de eso. Muchas etapas requieren de tu plena concentración y todo tu pensamiento. Involucrarte así en algo supone una especie de proceso terapéutico. Disfruto decidiendo cómo expresar las cosas a nivel lírico; aunque muchas de mis letras parezcan muy vagas, en realidad le doy muchas vueltas a mi modo de comunicar. No sé si todo me ha, digamos, “servido”. ¿Llegamos a arreglarnos en algún momento? No estoy segura de eso, pero aprendo cosas por el camino.

“Creo que escribir letras es el proceso de organizar o comprender tus propios pensamientos”, nos confiesa.
“Creo que escribir letras es el proceso de organizar o comprender tus propios pensamientos”, nos confiesa.

Empezaste con un álbum, “Inside Over Here”, grabado de forma bastante solitaria, pero a lo largo de los años te has ido aficionando cada vez más a colaborar. Cada nuevo disco tiene más plantilla que el anterior. ¿Cómo explicas esta evolución? Supongo que una vez descubres lo fértil del trabajo en equipo debe ser difícil regresar a la autosuficiencia.

Creo que lo saludable es mezclar el trabajo en equipo y eso, la autosuficiencia. Mucha de mi y nuestra vida consiste en girar e ir moviéndose de un lugar a otro. Esto involucra a muchas otras personas, así que tiene sentido que la música represente esa experiencia comunal de algún modo. Colaborar con otros es algo muy natural y valioso para mí.

¿Dirías que cofundar el colectivo Cleaner Records afectó mucho a tu forma de trabajar y tu visión de la creación artística?

Sobre todo me ayudó a tener las herramientas para hacer cosas. Si quieres lanzar música al mundo, la grabas y la lanzas, sin más. Si quieres dar un concierto, lo montas, sin más. Si hay un artista al que quieres ver tocar, puedes hacer un póster chulo y organizar esa actuación.

“Siempre he pensado que el propósito principal de esta vida es acercarse a los demás desde un lugar de calidez y de comprensión mutua. Quizá eso es lo que trato de hacer también con la música”

“Prize” debe ser tu álbum más diverso a nivel sónico y también el más poblado de músicos. Pero sigue basándose en el minimalismo y en la ética del “menos es todo”. ¿Luchaste mucho, mientras lo hacías, decidiendo qué incluir y qué dejar fuera de la ecuación?

Sí, con este disco sentía que debíamos ser mucho más cuidadosos. Todo lo que añadíamos debía tener un propósito; si no elevaba la música, si no le aportaba nada, en realidad era como si estuviera restándole algo. Me di cuenta de eso cuando estaba editando el disco con Jamie (se refiere a Jamie Whitby-Coles; batería y coproductor junto a la propia Leyden). A veces me resulta extraño hablar de la música como un arte exacto, dado que también suelo acercarme a ella sin una idea clara de lo que quiero hacer. Pero también creo que la libertad reside en ser específico. Siento que las canciones son más expansivas cuanto más cuidadosa he sido con ellas.

El disco está cargado de sutil experimentación sintética, como en las texturas de “Help” o, sobre todo, esa “Painted The Room” de desembocadura realmente cósmica. ¿Estás muy metida en la electrónica analógica? ¿O fue más bien idea de tu colaborador Dan Leavers, alias Danalogue, teclista de The Comet Is Coming)?

Gerard (aquí habla de Gerard Black, de Babe), que toca los sintes en el grupo, siempre ha usado mucho equipo analógico. Ese final cósmico surgió cuando me quedé despierta hasta tarde en Glasgow con Gerard y Jamie; al segundo se le ocurrió tocar esta parte brillante al final y la canción se volvió mucho más divertida. Me encanta cómo toca Dan y sabía que él podría añadir algo que hiciese la canción mejor aún.

“Painted The Room”, vídeo realizado por Ed Tucker.

De nuevo encontramos a Kate Stables –This Is The Kit– obrando su magia. ¿Cómo describirías vuestra relación artística? ¿Os influís mucho mutuamente? Siento que mucho de lo que hemos hablado sobre tu música podría servir para la de ella.

Nos conocimos en el colegio cuando yo tenía doce años. Era amiga de Sam, mi hermano mayor, y enseguida tuvo un gran impacto en mi vida. Somos amigas desde entonces; tan amigas que a veces hablamos en un lenguaje que no tiene sentido para el resto de la gente. Nos atraen muchas de las mismas cosas, así en la vida como en la música. ¡Es normal que exista un poco de crossover!

Las dos os parecéis en vuestra forma misteriosa de escribir letras. No parece interesaros la transparencia y preferís conservar alguna clase de enigma. ¿Conoces los secretos de cada canción? ¿O simplemente capturas letras cuyo significado puede revelarse más tarde o no llegar a hacerlo?

Creo que escribir letras es el proceso de organizar o comprender tus propios pensamientos. No suelo sentir que deba ser específica o conclusiva, quizá porque quiero darme margen a mí misma para seguir pensando sobre las cosas. Diría que me gusta crear la atmósfera de un momento en el tiempo y que haya espacio para el cambio.

Una de mis letras favoritas es la de “Prove Your Good”, que suena un poco como un ensayo sobre nuestra batalla interna entre la belleza del caos y la técnica Marie Kondo. ¿Estoy en lo cierto o me equivoco?

(Risas). Seguramente hacer música sea mi única forma de sacar a mi Kondo interior. ¡Si echaras un vistazo a mi maleta, sabrías que Marie Kondo no se ha acercado a ella en absoluto!

“Siempre he sido un poco de agobiar con preguntas, lo que puede ser malo o bueno. Cuando converso, suelo hacer muchas preguntas. Me gusta poner preguntas en las canciones porque siento que, de algún modo, estoy teniendo una conversación conmigo misma”

También es digna de mención la de “Conversation”, que tiene casi más preguntas que respuestas: “¿Y si no lo fuera? ¿Es amor cuando se acaba?”. ¿Están sobrevaloradas las respuestas?

Siempre he sido un poco de agobiar con preguntas, lo que puede ser malo o bueno. Cuando converso, suelo hacer muchas preguntas. Me gusta poner preguntas en las canciones porque siento que, de algún modo, estoy teniendo una conversación conmigo misma.

El pasado julio publicaste “Bonus Prize”, EP con remezclas de material de “Prize”. ¿Cómo elegiste a los remixers? ¿Son representativos de tu comunidad o también hablaste con desconocidos?

¡Un poco de las dos cosas! Algunos son amigos y otros solo gente a la que admiro. Estaba nerviosa con la idea de preguntar a Photay, porque soy muy fan, pero sabía que le había gustado nuestra canción “Help”, así encontré la valentía para preguntarle. Disfruto mucho oyendo los elementos que la gente ha querido explorar y expandir. Tan divertido y sorprendente.

¿Cómo trasladas el matizado sonido de “Prize” al escenario? En otras palabras: ¿Qué podemos esperar de tus conciertos en España?

Cuando grabas canciones que son bastante nuevas para ti acaban tomando otra forma en directo. Te sorprendes viendo que la gente responde de forma inesperada a ciertas canciones. Pero con este disco, por primera vez, llevamos un sampler con sonidos cruciales de ciertas canciones, algo a lo que en principio me resistía pero que ahora me parece fantástico porque significa poder llevar esos sonidos con nosotros. Es bonito traer a tus amigos con solo pulsar un botón. De repente, Cole Pulice puede estar tocando el saxo con nosotros sobre el escenario. ∎

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