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La curiosidad es un gran motor del mundo. De eso sabe un rato largo Toni Castarnado (Santa Coloma de Gramenet, 1974), que lleva más de dos décadas escribiendo y descubriendo sobre música para múltiples cabeceras como ‘Mondo Sonoro’, ‘Ruta 66’ o ‘El País’, además de en el programa ‘Sofá Sonoro’ de la Cadena SER. Ha publicado los volúmenes “Mujer y música. 144 discos que avalan esta relación” (66rpm, 2011), “Mujeres y música. 144 discos más que avalan esta relación” (66rpm, 2013), “In-Edit. Made In Barcelona. Una historia sobre el documental musical” (Comanegra, 2016), “Ellas cantan, ellas hablan” (Sílex, 2019) y “Extravagantes” (Sílex, 2021). Además, coordina ciclos y charlas sobre mujer y música en la red de Biblioteques de Barcelona.
Acaba de publicar “Las chicas del Q. Una revolución musical en 1994 con PJ Harvey, Björk y Tori Amos” (Sílex, 2023), un libro donde realiza una gran investigación periodística partiendo de la histórica portada de ‘Q’ para hilvanar un tratado de relevancia sobre esas tres mujeres compositoras, sus vinculaciones con otros mundos, su impacto y la evolución de sus carreras artísticas. Aparecen muchas referencias, muchas entrevistas, muchos artículos citados. “Es un libro de investigación, de documentación, de escarbar mucho. La escritura me ha llevado ocho meses. Y me lo ha pasado muy bien escribiéndolo”, nos confiesa.
En los agradecimientos, Castarnado reconoce a la prensa el valor, el peso y la función que han ejercido en su vida: “Quería destacar lo importante que ha sido la prensa musical. Sin prensa musical o el espacio que dedican los periódicos a la cultura, este libro sería imposible. Mi cultura musical parte de ahí, parte de las revistas. Yo sigo comprando revistas cada mes, porque al final me nutren. Para mí es una fuente de información y de conocimiento indispensable. Es algo que quería destacar. Tanto en la introducción como durante el libro se va viendo cómo le doy esa importancia”.
Como periodista, Castarnado ha contribuido a dar el sitio que se merecen las mujeres en el mundo de la música, porque no se había escrito apenas sobre mujeres y música. Y las ha puesto en ese lugar que tenían que ocupar de una vez. “Era más que nada poner el foco”, explica. “No tenía ninguna intención más allá de reivindicar todo ese talento femenino. Había cosas que sí que eran conocidas y que llegaban, pero luego sí que había una base de artistas muy desconocidas, que no tuvieron ocasión en su día –en los cincuenta, los sesenta o en los setenta, en cualquier década– de llegar a más gente. Y eran mujeres muy singulares que tenían una historia interesante aparte de los discos. También es una forma de que las nuevas generaciones, a las que a veces les faltan referencias de mujeres, ahora las empiecen a tener. Pero el tema de profundizar en lo femenino en la música parte, sobre todo, de mi curiosidad. He entrevistado a muchas y poco a poco te vas creando la curiosidad de querer investigar más. Al final creo que en la música, si ejerces de periodista, no dejas nunca de querer investigar y conocer”, señala. Aunque eso, ahora, “también se da en las nuevas generaciones, que no dejan de descubrir dentro de la música urbana, dentro de todas las escenas musicales que hay. No dejan de llegar propuestas que constantemente te van girando el cerebro, y eso lo encuentro muy interesante”.
Todo parte de aquella foto, de esa portada: “La descubrí a través de un libro de Tori Amos, una biografía autorizada, y entonces me llamó mucho la atención. Era a mediados de los noventa, una época en la que estaba completamente imbuido por toda la música alternativa. Fue a raíz de descubrir ‘Little Earthquakes’ en un Pryca. Antiguamente en las tiendas de discos de estos centros comerciales había mucho material: mucha novedad y muchas ofertas. Vi esa portada y me compré el CD. Cuando en casa me pongo ese disco, me cambia la vida. Me ocurrió algo parecido con PJ Harvey, a la que descubrí a través de ‘Popular 1’, cuando veo esa primera foto de PJ con los ojos pintados de negro y esos ojos tan voraces. A partir de ahí descubro ‘To Bring You My Love’. Y en un período que viví en Alemania me acompañó mucho Björk. Quizá de las tres es la que menos me ha marcado, pero también tengo el recuerdo de su primer videoclip, ‘Human Behavior’, en ‘Sputnik’, un programa del Canal 33 (TV3). ‘Bailar en la oscuridad’ es una de mis películas favoritas de siempre”.
También aparecen Suzanne Vega y Tracy Chapman, o Alanis Morissette y Sheryl Crow “como el reverso más popular, más ‘mainstream’ a la portada del ‘Q’”, puntualiza. “Creo que esa portada tenía esa mirada feroz de tres mujeres jóvenes con ganas de comerse el mundo, las tres muy distintas entre sí, porque al final lo único que les unía era su singularidad alejada de la música pop convencional. Te abrían a universos que la mayoría de nosotros desconocíamos. Por todo lo que planteaban alrededor, con sus letras, con sus videoclips, con su actitud, con su sensualidad... Esa foto, ese encuentro, esa entrevista, esa sesión con John Stoddart, ejemplifica las ganas de romper barreras e ir más allá. Y llevar a otro nivel, a otro terreno, la figura de la mujer en la música”, confiesa.
Una de las cosas que subyace en el libro es “darle la importancia que ha tenido, que aún tiene y que debería tener la prensa musical”, incide el autor. “En aquel momento, la cantidad de revistas y publicaciones que había y con esas portadas… La prensa ha sido muy importante. Y algo que quería con este libro era contextualizar ese momento, tanto a nivel social como político. En la primera parte del libro hablo del feminismo o de las riot grrrls para contextualizar el porqué, en qué momento estábamos. Es un libro de rastrear, de investigar a partir de esa portada qué ha ido pasando. Hacia dónde han ido ellas, hacia dónde les ha llevado esa portada. Al final te das cuenta de que hay muchas referencias alrededor de ellas. La idea era trazar un poco todos los puntos posibles de unión sobre lo que han generado PJ, Björk y Tori. Luego te das cuenta de la vigencia que tienen todavía esas artistas treinta años después. Lo importantes que siguen siendo”.
Tori Amos aparece como una artista más abierta, más hecha a los encuentros con periodistas, e incluye las cuatro entrevistas que le ha hecho. Explica por qué a PJ Harvey no le gusta nada hacer entrevistas y pone el foco en “una entrevista en la que intenta explicar cosas y otra en la que se muestra muy suya y muy cohibida. Luego está el universo de Björk completamente fantasioso, galáctico, que te da como otra perspectiva”. Pero va más allá con las múltiples conexiones que han creado, hablando de boygenius, Angel Olsen, Sharon Van Etten o St. Vincent. Es decir, de las herederas de ese espíritu.
Un capítulo y un momento destacado es cuando se juntan Björk y PJ Harvey en la gala de los Premios BRIT de 1994 y hacen una versión de “(I Can’t Get No) Satisfaction”, de The Rolling Stones . “Averigüé que a Björk la querían juntar con Meat Loaf y a PJ Harvey con Jamiroquai, o al revés. Hacen fuerza para actuar juntas porque no quieren hacer un dueto con un hombre. Esa actuación, que la he visto un millón de veces, me parece brutal”.
Castarnado organiza charlas en el servicio de bibliotecas públicas de Barcelona. “Sentarme con artistas, muchas de ellas emergentes y bastantes jóvenes, y generar una charla no solo desde el punto de vista musical es muy interesante”, asegura. “Hay mucho de lo que hablar con un artista, no solamente de la pátina musical, puede ser con qué han crecido, escuchando qué discos, de política, de sociedad, de inquietudes, de deportes, de viajar, de maternidad, la educación, la seguridad, la inseguridad... Algo de lo que me encanta hablar ahora con las artistas, por ejemplo, es de las redes sociales y del peso que tienen en nuestras vidas, cómo de alguna manera nos esclavizan. Me gusta mucho tocar esos puntos. Cómo consume música la gente joven también me parece algo muy interesante. Los modos de escuchar música son muy distintos a los nuestros. Nosotros partimos del concepto del LP, del disco completo. Y la gente joven parte de ‘escucho medio minuto de una canción y si me gusta sigo, y si no, descarto’”.
Durante la conversación, pedimos a Castarnado que comente sus dos discos fundamentales de las tres artistas. De Tori Amos destaca obviamente su debut, “Little Earthquakes” (EastWest, 1992), “por el impacto que me genera ese disco a todos los niveles”, afirma. “Es descubrimiento. Me descubrió un universo nuevo, aparte de a una mujer valiente, atrevida, que no esconde sus miedos, sus ambiciones, que canta de una manera muy visceral, muy desatada. Me abrió muchas puertas al universo en femenino y en clave musical. A partir de ahí empiezo a indagar qué habían hecho otras mujeres antes, como Carole King, por ejemplo”. Como gran conocedor de la carrera musical de Tori Amos, también subraya un disco de madurez, “Scarlet’s Walk” (Epic, 2002): “Es su disco pos 11-S: imagina un universo, un recorrido, un viaje por Estados Unidos de diecisiete personalidades diferentes en diecisiete lugares. Hace un recorrido por todo Estados Unidos y me parece un diario de viaje musical tremendo y espeluznante, porque es un retrato de esa América en el año 2002. Un disco que a mí me marcó mucho”.
De la inglesa PJ Harvey indica que “To Bring You My Love” (Island,1995) “es el disco perfecto”. Y explica por qué: “Tiene todo: rabia, letras, color. Cierro los ojos y me imagino brillo, bailo y me imagino un cuadro, una pintura de tonos verdes y rojizos. Es un álbum que suma color, sabor incluso, te puedes imaginar un plato de comida asociado al disco. Con todo ese misterio, intríngulis y acompañado de esos videoclips. Mucha gente pone en rivalidad el ‘Rid Of Me’ (Island, 1993) y ‘To Bring You My Love’. Yo me quedo con ‘To Bring You My Love’”. De Harvey también destaca “Stories From The City, Stories From The Sea” (Island, 2000): “Es el disco que ella graba desde la serenidad, desde la pausa, desde estar en el centro de Manhattan y ver qué gira a su alrededor. Y es un álbum muy de pasear por una ciudad como Nueva York o cualquier otra que puedas imaginar, tipo Londres, Berlín y tal. Y es un disco de asfalto, de desplazarte, moverte y ver qué nos envuelve. Es un disco muy de sinceridad, muy de mostrarse. Y a mí me encanta”.
De la islandesa Björk primero señala “Post” (One Little Indian, 1995): “Lo descubro por el videoclip de ‘It’s Oh So Quiet’. Se acerca a un musical por su rollo teatral. Es un disco muy vivo, muy alegre y con multitud de referencias. Hay bastante experimento, contiene elementos muy disonantes y muy interesantes. Venía de ‘Debut’ (One Little Indian, 1993), un disco muy importante porque es el impacto, la rebelión: ese ‘aquí estoy, esta soy yo, esta es mi presentación en sociedad’. Pero su segundo disco creo que es la evolución perfecta”. Otro de sus álbumes favoritos de Björk es “Vespertine” (One Little Indian, 2001), y estos son los motivos de su elección: “Lo graba a posteriori de actuar en la película ‘Bailar en la oscuridad’ (Lars von Trier, 2000). Para mí es un disco muy de meterte en una cueva. Es un disco que te abriga, que te arropa: es como tener un termostato. Y es como un viaje muy sereno, muy plácido. Es el tipo de electrónica que a mí me gusta, no es una electrónica preponderante, es una electrónica que te va acompañando. Y para mí es un álbum muy de Islandia, muy de Reikiavik”. ∎
Toni Castarnado se ha convertido con el paso de los años en un periodista musical experto en la relación entre mujeres y música. En esta obra hila muy fino desde una portada referencial de la extinta revista ‘Q’ con tres personalidades tan arrebatadoras y fundamentales en la historia musical contemporánea como PJ Harvey, Björk y Tori Amos. Todo parte desde lo personal, del descubrimiento de “Little Earthquakes” (1992), de Tori Amos, gracias a la sección de ofertas de una gran superficie, para despegar hacia lo universal pasando por muchos detalles enriquecedores. Ese descubrimiento discográfico le hace ir más allá.
Lo suyo es un ejercicio periodístico de precisión, extrayendo lo esencial de ellas y desarrollando la importancia de esos talentos femeninos con sus múltiples conexiones y prolongaciones en la actualidad, con nombres como St. Vincent, Sharon Van Etten o Angel Olsen entre muchas otras referencias. Acude a las publicaciones que le han nutrido y que le han permitido desarrollar con pasión este oficio. En estas páginas todo desborda curiosidad y pasión, expone al detalle la evolución de sus carreras así como ciertos paralelismos, quiebros, vueltas y efectos que configuran el espectro artístico. Aparece desde el feminismo, el movimiento riot grrrl, sus conexiones con el pasado, el valor de la fotografía de John Stoddart, con apreciaciones del fotógrafo y periodista Óscar García en el capítulo “Trascender” o las de la cantante, compositora y comunicadora Sheila Blanco en “Voces, voces, voces”.
También asoman una serie de hechos relevantes, como la versión que hicieron juntas PJ Harvey y Björk del “(I Can’t Get No) Satisfaction” en la gala de los Premios BRIT de 1994, la comparación de Harvey con Patti Smith, la idiosincrasia de cada una de ellas y la actualidad de otras figuras relevantes. Esa mítica portada se prolonga hasta la actualidad con la de boygenius para la ‘Rolling Stone’ estadounidense en enero de este año, que emula otra mítica de Nirvana en esa misma publicación. El futuro es muy femenino. ∎