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“Becky Riot” comienza con una derrota y, a partir de ese arranque, describe con humor, ironía, empatía, pero también descarnado detalle, el mundo discordante de esta adolescente, plausible reflejo de tantas otras. Mariano Pardo recuerda a Daniel Clowes por contar la historia mediante el formato de entregas breves, casi de prensa, y conseguir transmitir mucha verdad en su cuadro de perdedores. Octavio Beares
Nadia Hafid renuncia en “Chacales” a cualquier tipo de caricatura y a la expresividad formal, y en esa renuncia encuentra un registro universal de las emociones: despoja de artificios los rostros de sus personajes y acude a lo mínimo para potenciar su expresividad. Expone la (insuficiente) respuesta de la sociedad ante los gritos sordos de sus miembros “problemáticos”, condenados a un rosario de peregrinación médica. Pablo Ríos
El que esta obra sea póstuma para Miguel Gallardo y esté protagonizada sobre todo por animales no humanos revela un canto a la vida de inmensa magnitud, como la felicidad que un perro trae bajo sus patas (real fact). Karin du Croo y Gallardo elaboran “El gran libro de los perros” con mimo y resuelta libertad, creando una minienciplopedia canina. Un mix que contiene la historieta real de Cala, la perrita sureña de la pareja. Isabel Guerrero
La estructura no lineal de “Upgrade Soul. Actualizar alma” va resolviendo un rompecabezas mediante el que conocemos a unos personajes y los motivos que los han llevado a no conformarse con las cartas que les ha repartido la vida. Hay algo de moraleja a la hora de narrar qué ocurre cuando unos individuos dan pasos éticamente cuestionables para eliminar la insatisfacción por sus anhelos o el deterioro físico y mental que conlleva el devenir del tiempo. Alex Serrano
Es el trabajo de Álvaro Martínez Bueno –en total comunión con Jordie Bellaire– el que aúpa la serie varios peldaños por encima de la categoría de comic book resultón concebido como atractivo pitch para cazadores de licencias de Netflix y HBO. “The Nice House On The Lake” le permite abandonarse a la sofisticación y el detalle de un entorno que es, en realidad, un actor importantísimo de la trama. Alex Serrano
“Olot” es un viaje psicogeográfico a la localidad gerundense, vehiculado por un café, un deseo, un paseo y una charca de edad insondable. Un cómic que pivota sobre un hito cíclico de inspiración lynchiana para pasar revista a varias historias que tienen en Olot su eje central, rebosantes de contenido mítico y cercanas a lo inexplicable, aunque ancladas en el estrato de nuestra realidad tangible. Pablo Ríos
Con una extraordinaria paleta de color y al más puro estilo de un videojuego RPG indie, Anabel Colazo renuncia expresamente en las páginas de “Espada” a la acción física hasta que llega al clímax, con un enfrentamiento final resuelto con brío y necesariamente abierto, un punto y seguido carente de moralina inevitable para una obra que plantea más preguntas que respuestas. Pablo Ríos
“Diez mil elefantes” es aire húmedo cargado de química vegetal que te permite disfrutar de Guinea y dejar de concentrarte en los árboles para observar un rato el bosque. Solo hay un inconveniente: tras atravesar la selva guineana por el verdor de los dibujos de Nzé Esono Ebalé, ágiles como el sonido de los ríos de la jungla, cierras el cómic y te quedas reflexionando sobre el orden del mundo. Marta Alonso Berná
Es “Todas las bicicletas que tuve” un conjunto de piezas que tienen en común la presencia de la bicicleta, atrapa desde la primera página. Pero destaca el capítulo “La mountain. 1992-1995”, un relato de amistad adolescente perdida contado en segunda persona –dirigido a la antigua amiga– en el que Powerpaola demuestra su excelente pulso narrativo metiéndose de cabeza en un terreno abonado para los tópicos y la cursilería y saliendo de él no solo airosa, sino triunfante. Gerardo Vilches
Policías corruptos, bandas peligrosas y víctimas inocentes, pero también espacio para la solidaridad entre vecinos, las buenas acciones y, en última instancia, para la redención. Contado con un magnífico pulso y un ritmo narrativo modulado impecablemente, que sube y baja de forma muy medida, el relato de Marcello Quintanilha en “Escucha, hermosa Márcia” brilla por la frescura de los diálogos, la humanidad y complejidad contradictoria de sus personajes y expresivo dibujo. Gerardo Vilches
Elisa Riera ha entregado su obra más inspirada: historia en cuatro actos de una familia catalana de rancio abolengo venida a menos, en la que los que se esfuerzan por recuperar la gloria chocan con quienes prefieren exprimir las migajas, entre puñaladas traperas, jugadas sucias e infidelidades. “La estirpe fracasada” logra algo muy difícil: armar una sátira social afilada que no resulta maniquea ni recurre a los estereotipos, y en la que los personajes nunca dejan de ser tridimensionales. Gerardo Vilches
La versión de Ralf König de un clásico como Lucky Luke en “Choco-Boys” sigue siendo un divertidísimo tebeo de humor ligero, que adereza una tierna historia de amor de dos hombres que tendrán que superar sus propios prejuicios y homofobia interiorizada, con la ayuda de un Lucky Luke que, más allá de convenciones sociales, se mantiene estoico y no juzga a nadie. Y al que el pijama de felpa roja le sienta estupendamente. Gerardo Vilches
Puede decirse que la novela gráfica de la autora francesa cumple dos cometidos fundamentales: reivindicar por enésima vez la libertad de expresión sin ambages, expresando a su vez la necesidad de seguir dibujando y de seguir viviendo. “Seguir dibujando” retrata y contextualiza el juicio de las caricaturas a ‘Charlie Hebdo’, claro ejemplo de lo que tuvo que ser esto de principio a fin: una discusión pública. No una ejecución. Isabel Guerrero
En su retorno como autor completo desde “El héroe” (2011), David Rubín elabora una historia que es, literalmente, más grande que la vida. En “El fuego”, se pregunta: “¿Qué pasaría si el futuro de la humanidad estuviese en manos de un hombre con más sombras que luces?”. Con un destilado que asimila “Melancolía” (Lars von Trier, 2011) e “Interstellar” (Christopher Nolan, 2014) para sacar sus propias conclusiones, derrocha impronta y poderío gráfico en un cómic alimentado por una ambición poco habitual, que apuesta fuerte y gana. Alex Serrano
Puede que la mayor virtud de “Hierba” de Keum Suk Gendry-Kim sea la de saber plasmar con respeto y delicadeza el catálogo de atrocidades que compone la vida de Ok-sun, huyendo de efectismos burdos. Para ello, echa mano de numerosas viñetas y páginas de transición que funcionan como balones de oxígeno entre tanta desgracia, con hermosos planos de paisajes y hasta fundidos a negro en las escenas más inenarrables. Regina López Muñoz
Las historietas de Sylvie Rancourt resultan, con ojos de hoy, poderosamente atávicas. Algunas de sus cualidades, como su nada disimulada espontaneidad y su abierta ingenuidad, son cotizadas armas correspondientes a tiempos más sencillos. En el prólogo de “Melody. Diario de una stripper”, en un gesto que lo honra, un inspirado Chris Ware glosa las virtudes de un cómic que es el exacto opuesto de aquello que lo ha convertido en la figura destacada que es. Porque lo que trabajaba Rancourt es una especie de primitivismo tan tosco como efectivo. Alex Serrano
Quien espere leer la misma historia de siempre, una sobre la humanidad en peligro, se va a llevar un buen chasco, porque, más que una adaptación, esta versión de “La guerra de los mundos” es, como dicen sus propios autores, una derivación. Sorprende no solo por sus referencias, sino, especialmente, por la escalofriante escena final en la que, de repente, el lector se da cuenta de que está viendo algo que es posible que ocurra en un futuro muy cercano. O que acaso ya haya ocurrido. Roberto Bartual
En “Obras incompletas 2015-2022”, Lorenzo Montatore realiza un repaso por su obra autoeditada desde lo puramente artístico a lo más íntimo y personal. Como si del catálogo de una exposición se tratara, el madrileño se abre en canal para hacernos partícipes de todas las capas de significado que vertebran sus fanzines: a través de numerosas referencias literarias, musicales y cinematográficas, dialoga con la enfermedad mental y la angustia vital desde un humor forjado en los maestros del absurdo. Leído del tirón y con obra inédita, el universo de Montatore cobra nuevos sentidos. Elena Masarah
El de Kent State es un episodio importante de la historia de Estados Unidos, no solo porque la Guardia Nacional disparase sobre sus propios ciudadanos, un hecho sin casi precedentes hasta entonces. Derf Backderf asume un delicado equilibrio al integrar una visión crítica de los hechos con un relato de corte más personal que convierte en protagonistas a las víctimas del tiroteo. Durante los cuatro años que tardó en completar “Kent State”, se encargó de que esta ofreciera una completa contextualización. Alex Serrano
Tal vez se podía achacar a Rutu Modan que no se posiciona claramente en un conflicto israelí-palestino que ha derramado ya mucha sangre. Pero en realidad sí lo hace, en una apuesta clara por el diálogo y el entendimiento que evita la moraleja facilona con un final afiladísimo y un humor que sabe encontrar lo esperpéntico en medio de la tragedia. “Túneles” es una historia verdaderamente madura que confía en la inteligencia y responsabilidad de cada lector, rara avis en un marasmo de obras que nos señalan cuál es la postura correcta y qué debemos pensar para ser moralmente intachables. Gerardo Vilches
Cualquier cosa menos cínica es “Dog Biscuits”, obra nacida durante la pandemia que habla sobre vidas humanas (por muy funny animals que sean sus protagonistas) que sufren, como no podía ser de otro modo, la pandemia. Alex Graham confiesa que la iniciativa de publicarlo partió en gran medida del aburrimiento, pero también funcionó como una tabla salvavidas para mantenerse a flote y en forma en un tiempo convulso. Plus: la excelente traducción de Joana Carro y César Sánchez, toda una lección de cómo hacer que los tebeos hablen. Pablo Ríos
“Toda visión tiene lugar en alguna parte del espacio táctil”, escribió Merleau-Ponty en “Lo visible y lo invisible” (1964), algo que en “Grip” parece literal. Primero porque es un cómic totalmente mudo, es decir, totalmente visual. Y segundo porque nuestra mirada es guiada por el sentido del tacto de esas “nuevas manos” de la protagonista. Manos que, afirma Lale Westvind, remiten a “la capacidad humana de aprender una habilidad y modificar el mundo que nos rodea”. La cuidada edición de Apa-Apa parece reflejarlo en el tacto de la cubierta y las páginas.
Es revelador que la heroína, tras aprender a manejar sus “superpoderes manuales” en escenarios mundanos, se lance a una epopeya espiritual de inmersión en la naturaleza en vez de emprender batallas, como en tanta tradición épica masculina. En un sentido literal, la de “Grip” es una fantasía protestante muy estadounidense: alguien es capaz de rehacer el mundo con la sola fuerza de su voluntad. No limits. Alegóricamente, por supuesto, es otra cosa. En cualquier caso, no hay explicaciones porque aquí no hay palabras para nombrar las cosas, solo un torrente sensorial de imágenes magnéticas donde la protagonista se fusiona, como el dibujo que es, con su entorno igualmente dibujado. Pepo Pérez
Hubo un tiempo en el que Brecht Evens fue el niño prodigio del cómic belga. Ha construido una carrera al margen de la tradición, sin ningún interés por respetar las normas clásicas. Tras “Pantera” (2014), un perturbador libro en el que exploró los miedos infantiles, Evens regresa con “Jolgorio” al universo nocturno y urbanita que presentó en su primera novela gráfica, con la que comparte además algunos espacios, como la discoteca Harem. Como en “Un lugar equivocado” (2009), presenta a un puñado de personajes jóvenes que se entregan a la noche, espacio de fantasía donde todo puede suceder, en busca de jarana y “experiencias” que los alejen de sus problemas.
Las vidas cruzadas, las narraciones orales y la divagación narrativa son elementos que buscan una inmersión sensorial: más que una historia, Evens está trazando estados de ánimo principalmente a través de sus colores, de fuerte impronta pictórica –no es difícil detectar la influencia del fauvismo y otras vanguardias del siglo XX– y que conforman espacios que son físicos, pero también emocionales y psicológicos: incluso espirituales. Asume la naturaleza dúctil del dibujo y la lleva más allá de la pura representación mimética para alcanzar terrenos en los que puede fluir hasta juguetear con la abstracción. Gerardo Vilches
Elise, protagonista de “Llévame contigo”, es una mujer plena, en la cincuentena. Escritora profesionalmente consolidada, atesora un largo recorrido de décadas sin estridencias. Pero cuando conoce a Dagmar, igualmente madura y de vida aparentemente feliz, el equilibrio se vuelve inestable. “Llévame contigo” cita desde su título original un tema de Leonard Cohen, “Hey, That’s No Way To Say Goodbye”, donde el canadiense canta: “Walk me to the corner, our steps will always rhyme. You know my love goes with you as your love stays with me”. Como muchas canciones de Cohen, esta novela gráfica ahonda en los sentimientos más intensos. Es un retrato de las incontables esquinas que tiene el amor maduro. También de la fuerza arrolladora del amor pasional.
La maestría de Anneli Furmark se encuentra en su profunda sensibilidad para captar las matizadas sensaciones, alegrías, deseos, dudas y sufrimientos que esta relación furtiva supone para su protagonista. Lo hace a través de unos textos brillantísimos –con traducción de Alba Pagán–, especialmente en los diálogos entre Elise y su marido Henrik, impregnados de una tristeza cotidiana pero atenazante: drama verité. Esa sensación se traslada también a los dibujos, sencillos pero eficaces, y a un color con acuarela que imprime un ambiente otoñal idóneo para el caudal reflexivo de la obra. Octavio Beares
Nick Drnaso continúa la tradición de historietistas que han explorado la cara oculta de esa ficción llamada “sueño americano” –como Daniel Clowes o Chris Ware– y dio buena muestra de ello en “Sabrina” (2018), obra que le deparó una merecida fama y que disparó la expectación por su siguiente trabajo. En “Clase de actuación” profundiza en los mismos temas, pero lo hace de un modo más oblicuo e intimista, a través de un plantel de diez personajes, perdedores de diferente pelaje que se sienten desorientados y necesitan un aliciente en sus vidas, que llega en forma de clases de teatro.
Hay quienes critican el hieratismo y la frialdad del estilo gráfico de Drnaso sin entender que es precisamente eso lo que busca. Apegado a un clasicismo narrativo que no recurre a experimentos de montaje ni rompe la estructura de la página, lo que hace el autor es renunciar a toda la panoplia de recursos expresivos que la tradición del cartoon ha ido acumulando. En lugar de eso, su dibujo –caricaturesco pero de base fotográfica– fabrica máscaras que nos impiden saber con precisión qué piensan o sienten los personajes… que es exactamente lo que nos sucede cuando hablamos con personas a las que no conocemos bien.
En el tramo final de “Clase de actuación” sucede como en el cine de David Lynch: dejamos de hacer pie y, sin asideros, nos perdemos en las aguas donde se confunden realidad y ficción, que Drnaso dibuja intencionadamente con el mismo tono gráfico. Cada personaje desarrolla su propia improvisación, tan real como sus vidas, hasta que algunos acaban perdiendo su identidad por el camino: una pesadilla para unos, una liberación para otros, pero que igualmente convierte este cómic en una historia de terror contemporáneo absolutamente desoladora. Gerardo Vilches
1999 Seth La vida es buena si no te rindes / Adrian Tomine Sonámbulo y otras historias / 2000 Osamu Tezuka Adolf / 2001 Art Spiegelman Maus / 2002 Suehiro Maruo La sonrisa del vampiro / Peter Milligan & Mike Allred Fuerza-X / 2003 Christophe Blain Isaac el pirata: 1. Las Américas / 2004 Chris Ware Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo / 2005 Charles Burns Agujero negro / 2006 Jaime Hernandez Locas / 2007 Emmanuel Guibert, Didier Lefèvre & Frédéric Lemercier El fotógrafo. Tomo 3 / David B. La Ascensión del Gran Mal 6 / 2008 Alison Bechdel Fun Home. Una familia tragicómica / 2009 Chris Ware Catálogo de novedades ACME / 2010 Joe Sacco Notas al pie de Gaza / 2011 Joyce Farmer Un adiós especial / 2012 Shintaro Kago Reproducción por mitosis y otras historias / 2013 Paco Roca Los surcos del azar / 2014 Chris Ware Fabricar historias / 2015 Richard McGuire Aquí / 2016 Carlos Spottorno & Guillermo Abril La grieta / 2017 Olivier Schrauwen Arsène Schrauwen. Edición integral / 2018 Emil Ferris Lo que más me gusta son los monstruos / 2019 Chris Ware Rusty Brown / Jaime Hernandez ¿Es así como me ves? Una historia de Locas / 2020 Santiago García & Javier Olivares La cólera / 2021 Lorenzo Montatore La mentira por delante ∎