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“Ya no tenemos vida privada. Ahora somos de dominio público”, se quejaba un jovencísimo George Harrison a finales de 1963. La beatlemanía había comenzado a expandirse por todo el mundo, y los cuatro Beatles empezaban a sentir cierto agobio por su constante exposición mediática. Paul McCartney, quien había sido aficionado a la fotografía desde su infancia, tal como él mismo narra en el prólogo del libro, aprovechó los viajes internacionales del grupo entre diciembre de 1963 y junio de 1964 para fotografiar todo lo que pudo usando una cámara de 35 milímetros.
En este “1964. Los ojos de la tormenta. Fotografías y reflexiones” (“1964. Eyes Of The Storm. Photographs And Refections”, 2023) se recogen casi trescientas imágenes que recorren el periplo de The Beatles por seis ciudades diferentes, en este orden: Liverpool, Londres, París, Nueva York, Washington D.C. y Miami. Las instantáneas, todas en blanco y negro salvo las que recogen su paso por la última, captan imágenes íntimas de una banda única, pionera en casi todo, en pleno proceso de conquistar el mundo. Pero también muestra a aquellos personajes cercanos a su círculo más íntimo, quienes los acompañaban en su gran aventura, y a otros protagonistas involuntarios.
La mayor valía de estas fotos que McCartney ha sacado ahora a la luz reside en la forma en que reflejan el ambiente interno del grupo. Sus momentos de asueto, su complicidad, su aburrimiento incluso, en contraste con las poses menos desenfadadas de los profesionales que los rodeaban. También aparecen numerosos personajes anónimos: el público ante la inminente aparición de sus ídolos, los policías uniformados con sus pistolas cargadas listos para contener el exceso de emoción de los jóvenes fans… Incluso hay lugar para imágenes tomadas desde la ventanilla de un avión o un coche en mitad de la autopista, paisajes de una época ya acabada vistos a través de los ojos de un joven emocionado por viajar, experimentar y conocer.
Respecto a los textos, al prólogo firmado por Paul McCartney al que ya hacía alusión al inicio hay que sumar un prefacio a cargo de Nicholas Culligan, director de la National Portrait Gallery de Londres (la colección se está exhibiendo allí actualmente, hasta el 1 de octubre), más una extensa e interesante introducción escrita por la historiadora estadounidense y colaboradora en ‘The New Yorker’ Jill Lepore. Además, a cada grupo de imágenes, ordenadas cronológicamente, le precede una introducción en la que McCartney contextualiza con lo vivido en cada ciudad.
Desde el punto de vista privilegiado del músico, el libro captura no solo el espíritu de The Beatles desde su mismo centro, sino también la esencia de un tiempo de grandes cambios sociales y culturales. Editado de manera cuidadosa, con tapa dura y diferentes tipos de papel según contenga texto o fotos, es un objeto de obligada adquisición para cualquier beatlemaníaco. ∎